A partir de este sábado, tras el cambio a un nuevo modelo de gestión libre de peaje, la AP-1, en el tramo entre Burgos y Armiñón, dejará de ser de pago.
El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, se comprometió en junio a eliminar los peajes de aquellas autopistas cuyas concesiones vencen ahora.
Además, Fomento tiene previsto auditar un plan para sacar a concurso las nueve autopistas de peaje quebradas y rescatadas por el Estado que ha heredado del anterior Ejecutivo.
La AP-7 entre Alicante y Tarragona y ña AP-4 entre Sevilla y Cádiz, cuyas concesiones vencen en 2018 y 2019, también serán liberadas.
Está previsto que el Gobierno lleve a cabo obras en el tramo de 6 kilómetros de la AP-1 a su paso por Álava y amplíe la capacidad de los ramales en la conexión entre la AP-1 y la A-1.
Por otra parte, Ábalos anunció este la ampliación de las bonificaciones de la AP-7 para el tráfico pesado hasta Torreblanca (Castellón) y la licitación de la mejora y ampliación de la N-238 Ulldecona-Vinaròs para conectar con la autopista una vez sea liberalizada, por un importe de 13 millones de euros.