De “éxito rotundo” podemos calificar el encuentro que se ha celebrado en Madrid, en el que bajo el título “Paz sin fronteras”, líderes de las principales religiones del mundo se han dado cita en la capital de España para impulsar el diálogo y la convivencia, bajo la batuta de la Comunidad de Sant’Egidio, que organiza estos encuentros anualmente desde aquella cita histórica del Papa san Juan Pablo II en Asís, en 1987. Un foro en el que han participado también dirigentes políticos e intelectuales y en que ha tenido un protagonismo el Cardenal Arzobispo de Madrid, Carlos Osoro.
España e Italia, son por ejemplo, lugares donde hay cada vez una insensibilidad políticamente el tema de la inmigración, que ha sido uno de los principales asuntos tratados en este 33 encuentro de Madrid, por eso quiero recoger aquí las declaraciones hechas por el arzobispo de Bolonia y próximo cardenal, Matteo María Zuppi, a nuestro compañero Manuel María Bru, en ALFA Y OMEGA: “ Los muros no son la solución. Más bien son una ilusión. Pero para frenar este discurso de los muros hay que frenar el miedo, y por tanto, ofrecer seguridad. Una seguridad que parte del conocimiento de la historia humana, que es una historia de movilidad. El Evangelio nos ayuda a ver que el otro es siempre nuestro hermano. Pero no desde un punto de vista meramente moral, sino real. Verdaderamente cada hombre es nuestro hermano, es mi amigo, y puede llegar a ser mi mejor amigo”.
Una bella lección para muchos que buscan el enfrentamiento en vez del encuentro. Un encuentro como este de Madrid, con la “PAZ SIN FRONTERAS” como hilo conductor.
No quiero cerrar esta Crónica religiosa semanal sin dejar de recordar el nombramiento de nuevo Nuncio de Su Santidad en España en la persona de Bernardito Auza, filipino de 60 años, Arzobispo de Suacia, que era desde 2014 Observador Permanente de la Santa Sede en la ONU y en la Organización de Estados Americanos y fue ordenado sacerdote en 1985. Un año después comenzó su actividad pastoral en la localidad filipina de Talibon, para entrar en 1990 en el servicio diplomático de la Santa Sede. Sirvió en la Nunciatura Apostólica de Madagascar, en la de Bulgaria y en la de Albania, para luego ser nombrado Nuncio Apostólico en Haití.
El nuevo Nuncio llega a nuestro país en un momento bastante complicado de las relaciones entre el gobierno, aún en funciones, y la Santa Sede. Por eso, el Papa quiere en nuestro país a un hombre que tenga muchos años por delante para resolver los graves problemas que se va a encontrar, no solo con la administración española- con la discusión sobre la exhumación de los restos de Franco, sino también con los derivados de una Iglesia local que se tiene que enfrentarse la próxima primavera a una renovación de la cúpula de la Conferencia Episcopal , excepto el cargo de Secretario General. Una Iglesia local que ya está colocando a peones de diferentes “sensibilidades” para situar a sus hombres en puestos de salida. También Auza será el hombre que tendrá que confeccionar las ternas de aquellos que tienen que ocupar 13 arzobispados, cuyos titulares han cumplido ,o están a punto de hacerlo , 75 años, edad en la que deben presentar su renuncia al Papa. Unas tareas nada fáciles dada la complejidad de esta Iglesia particular que tiene 84 obispos en activo, de los cuales solo 22 han sido nombrados por FRANCISCO, pues 26 fueron designados por Benedicto XVI y 36 por san Juan Pablo II.
Bienvenido Monseñor Auza.
Y para cerrar esta crónica, lamentar el fallecimiento del obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, de 72 años, ocurrido el pasado viernes. Descanse en paz.