A lo largo de su historia, el cine ha tenido muchos ejemplos de empeños quijotescos para sacar adelante proyectos que al comienzo sólo parecen la idea de un loco. No sólo para que se logre ver en pantalla los guiones imaginados por visionarios sino también con la forma de verlos.
Y para este último aspecto, el de la formalidad, hay hoy un nombre que destaca sobremanera: Ang Lee. El director taiwanés es alguien difícil de encasillar. Asume proyectos que van desde la explosividad de un blockbuster estrellado en taquilla como Hulk a saltar a continuación con la intimista Brokeback Mountain -con la que ganó su primer Óscar a mejor dirección- y de ahí regresar a Taiwán para escandalizar a las audiencias con Deseo, peligro.
El misterio de ver al mismo director de Sentido y Sensibilidad o Tigre y dragón a los mandos de un producto como Géminis sólo se explica con una razón: la tecnología.
En la última década, Ang Lee se ha empeñado en liderar una revolución tecnológica basada en una fotografía hiperrealista a 120 fotogramas por segundo –la habitual en cine son 24 fps-, en 4K y en 3D. Apenas una decena de salas en el mundo tienen la capacidad de reproducir así las películas. Pero poco le importa a Lee si logra encandilar a alguien más en su particular cruzada.
Encendió la antorcha con el 3D post Avatar en la magnífica La vida de Pi –con la que se llevó su segundo Óscar a mejor director-, pero el fuego se apagó rápidamente con Billy Lynn, con la que incurrió por primera vez con los 120 fps y el 4K. El desastre en taquilla y público de esta última poco le importó, pues la apuesta se reblobla en Géminis.
Aquí, a los fotogramas, el 3D y el 4K se añade ahora un actor recreado cien por cien de manera digital. El Will Smith joven al que se enfrenta el Will Smith actual es otro hito que sumar a Weta Workshop –la compañía detrás de los efectos especiales de El señor de los anillos-.
La insistencia en alabar los detalles técnicos de esta película y la trayectoria de su director no tienen otro motivo que destacar las dos únicas virtudes de Géminis. Una dirección impecable que sabe sacar todo el jugo al 3D en una producción en la que el guión está sacado del molde noventero de la factoría Bruckheimer, productor de la película.
El carisma de Will Smith, pese a tenerlo por partida doble, no es suficiente para sacar adelante una historia con la sensación de ya vista: asesino “noble” perseguido por un clon creado por un villano sin más criterio que ser malvado per se (Clive Owen), chica para acompañar (Mary Elizabeth Winstead) y compañero de avatares como descargo cómico (Benedict Wong).
Así, Géminis queda como la excusa que le ha permitido a Ang Lee seguir experimentando con una tecnología aparentemente revolucionaria. ¿Sueño de un loco o un adelantado a su tiempo? El paso de los años dará forma a la respuesta.
Géminis
Título original: Gemini man

Año: 2019
País: Estados Unidos
Duración: 117 minutos
Director: Ang Lee
Guión: David Benioff, Billy Ray y Darren Lemke (historia de Darren Lemke y David Benioff )
Fotografía: Dion Beebe
Banda sonora: Lorne Balfe
Reaparto: Will Smith, Mary Elizabeth Winstead, Clive Owen y Benedict Wong
Sinopsis: Henry Brogan es un asesino de elite que se ve súbitamente señalado y perseguido por un joven y misterioso agente que parece ser capaz de predecir hasta el último de sus movimientos.