El expresidente prófugo Carlos Puigdemont no ha podido resistir la presión de los suyos...
El expresidente prófugo Carlos Puigdemont no ha podido resistir la presión de los suyos que, desde el interior del partido, descalifican a Joaquín Torra. El presidente marioneta es un político de tercera división que no sirve ni para hacer de títere manejado por el expresidente fugado. Sus simplezas, sus procacidades, su falta de capacidad para la gestión están dejando in púribus a la antigua y seria Convergencia i Unió.
Así es que Carlos Puigdemont ha hecho saber urbi et orbi que Joaquín Torra no se presentará a las próximas elecciones y que la candidata del expresidente es la independentista radical Laura Borrás, la mujer que con la sonrisa en ristre ampara un secesionismo sin fisuras.
Quienes le conocen aseguran que Joaquín Torra permanece hundido. Creía que lo estaba haciendo brillantemente y que su sumisión a Puigdemont se merecía otro trato. Manejado desde Bruselas por su jefe, danzó siempre Joaquín Torra conforme a los hilos controlados por Carlos Puigdemont. Pero han sido tantas las torpezas cometidas, tanta la inepcia demostrada, que el prófugo ha comprendido la necesidad de prescindir de Torra para no continuar retrocediendo en las elecciones catalanas en favor de ERC.
Desde el punto de vista de la unidad de España, las cosas no van a modificarse con la caída de Torra. Por el contrario, Laura Borrás no podrá hacer una política secesionista más radical que Joaquín Torra, pero sí más inteligente. La situación, en fin, se ha hecho crítica y el expresidente prófugo cree que la decisión de escabechar a Torra mejorará las expectativas de su partido. Carlos Puigdemont aspira ya a una negociación con Pedro Sánchez que le devuelva sano y salvo a la vida barcelonesa.