Hace ya poco más de tres años que Hugo Rodríguez de Prada y Jorge Blas, dos jóvenes emprendedores madrileños, iniciaron su andadura en el panorama gastronómico con una gran visión de negocio. Una idea muy clara, muchas ganas y apenas miedo al fracaso hicieron que se lanzaran de lleno a montar su primer local de Grosso Napoletano.
Auténticas pizzas napolitanas, ingredientes de primera calidad y una desenfadada decoración son su sello más característico.
Grosso Napoletano cuenta ya con nueve locales abiertos (uno en Valencia) y, sin embargo, no paran de crecer y cosechar éxitos. Entre ellos, el premio a la mejor cadena de pizzerías artesanales de España y un puesto entre los diez mejores establecimientos de Europa.
En este caso, no se trata de una casualidad del destino, sino más bien del resultado de mucho esfuerzo y de un trabajo bien hecho. Hugo y Jorge han encontrado la fórmula mágica e, incluso, en época de COVID están logrando mantener el tipo.
Cumplen con las medidas de seguridad para proteger al cliente y sus pizzas. Y, como detalle, su estrategia de marketing confirma que a estos chicos no hay quién les frene. “Fuck Coronavirus”, dice el eslogan que llevan sus cajas.
De hecho, Hugo y Jorge acaban de abrir su noveno restaurante: SenzaGlutine, en el que las protagonistas son las pizzas para celiacos. Un punto más para Grosso Napoletano y una buena noticia para los intolerantes al gluten que, a partir de ahora, podrán saborear las auténticas pizzas de Nápoles sin poner en riesgo su salud.
Nosotros visitamos el local de Paseo de la Habana y probamos uno de sus nuevos entrantes, la mozarella e zuca. Una fresca base de calabaza marinada cortada muy finamente y coronada con rúcula, mozarella de bufala DOP y tomates semisecos. Un plato fresco, original y ligero. Perfecto para poder dar buena cuenta de las pizzas que han cosechado una merecida fama.
A continuación, optamos por probar la pizza Ovo Morales, una nueva incorporación en carta, con una base bianca de mozzarella, yema de huevo, guanciale, lascas de pecorino romano y un acertado toque de pimienta negra.
También disfrutamos de una pizza FerragniTesta Rossa, con una base de tomate San Marzano, mozzarella, alcachofas, aceitunas negras y jamón cocido a la trufa. Original y sabrosa. Una auténtica explosión de sabor que merece la pena probar.
Para finalizar sucumbimos ante un par de postres que, a pesar de ser una verdadera bomba calórica, son muy recomendables. Por un lado, el Albero da Zia Lucy, su famosa crema de nata semihelada con polvo de galleta. Por otro, el tiramisú bianco, una deliciosa crema de mascarpone y chocolate blanco con base de bizcocho italiano, amaretto y café. Un broche final perfecto para una comida informal que es un auténtico mordisco de felicidad.
Por último, pero no por ello menos importante, hay que mencionar que Grosso Napoletano ha impulsado la iniciativa Food4heroes, encargada de proporcionar varias toneladas de comida en formato de raciones a miles de sanitarios durante la crisis del Covid-19. Una iniciativa que ha llegado a extenderse a nivel nacional y, incluso, internacional, pues Roma, Londres, Chile o México han querido sumarse a ello.
Una muestra de solidaridad que destaca el espíritu emprendedor y solidario de sus fundadores y augura que aún les queda un largo camino por recorrer.
Grosso Napoletano
- Dirección:
- Calle Hermosilla, 85 - Madrid
- Calle Santa Engracia, 48 - Madrid
- Calle Gaztambide, 36 - Madrid
- Calle del Pez, 11 - Madrid
- Paseo de la Habana, 27 - Madrid
- Calle Ventura Rodríguez, 5 - Madrid
- Calle Valencia, 9 - Madrid
- Calle Fernando VI, 23 (para celiacos) - Madrid
- Precio medio: 15 euros