Juan Torres Zalba: El primer senador de Roma

Puede que nos parezca que después de muchos siglos han cambiado las cosas y han evolucionado, modernizándose y adaptándose con el transcurso del tiempo. Pero entre el Senado romano del siglo II a. C. y el Congreso de los Diputados del siglo XXI las bases generales de ambos son casi gemelas. Todo el mundo que quiere posición y repercusión social busca un puesto que le sirva para ello como es el de diputado o en el caso de Roma el de senador.

En la actualidad, el Congreso se divide en partidos políticos mientras que en Roma se dividía en familias y en seguidores de esas familias como: los Escipiones, Claudios, Fabios, Licinios, Fulvios y Sulpicios. Y es precisamente por todas las similitudes con esta novela que se recomienda a nuestros actuales políticos que vuelvan la mirada atrás y se fijen en la Roma senatorial republicana. Que vean que no todo es preocuparse por el interés personal/familiar, ya que lo perdurable de una familia puede ser la destrucción de todo un imperio como ocurrió en Roma.

Estamos en la época de la tercera guerra púnica, en los tiempos posteriores a la destrucción de Cartago. En este escenario vamos a tener como protagonistas, entre otros, a los jóvenes Tiberio y Cayo Sempronio Graco, pilares principales de una novela típica de romanos, pero cuyo toque distintivo es el equilibrio perfecto entre la descripción detallada y lo cuidado de la ambientación del relato, pero sin caer en lo soporífero. Quizás por ello más que de una novela histórica podemos hablar de una historia novelada, por lo mucho que se ciñe a la realidad de lo que ocurrió en aquella época, complementándolo de forma literaria con el desarrollo de estos personajes de los cuales sabemos mucho por los escritos que nos han llegado.

Con esta novela del abogado pamplonés Juan Torres Zalba, apasionado por la Historia, veremos que la grandeza de Roma se mantuvo mientras que estuvieron en vigor los valores sobre los que se cimentaba la República y siempre que la guía de la actuación de sus dirigentes se basara en el equilibrio y a la razón. En el momento que se abandonó esta senda todo se desmoronó, hasta el punto de que todo lo ganado en siete siglos se perderá en menos de tres.