El compromiso del Ejército con la Constitución

Los comentarios fascistas y golpistas de un puñado de militares retirados han levantado una polvareda mediática y política sin sentido. El Ejército, una de las Instituciones mejor valoradas por los españoles, ha demostrado su compromiso con la Constitución y la democracia. Los autores de esos chats no representan a nadie y, menos aún, a las Fuerzas Armadas.

Pero esa polvareda ha servido para que el Gobierno, sus socios y los medios de comunicación adictos aprovechen la polémica para acusar a los partidos de la derecha de estar detrás de la torpe “conspiración”. Igual que han basado sus ataques al PP y a Ciudadanos por gobernar en Comunidades y Ayuntamientos con el apoyo de Vox. Adriana Lastra, la demagoga oficial del PSOE, lo ha dicho:”El chat de los militares se debe al discurso del odio de PP y Ciudadanos”.

Pero PP, Ciudadanos e incluso el partido de Santiago Abascal, han condenado los chats de los militares retirados. Pablo Casado ha llegado a pedir “depurar responsabilidades de los autores de los chats”. La propaganda de la izquierda, sin embargo, ha aprovechado la polémica para redoblar su defensa de los pactos del Gobierno con ERC y Bildu, cuyo discurso, según debe creer Lastra, es de amor a España. Unos pactos que, sin duda, dañan más a la estabilidad política y el respeto a la Constitución que los comentarios de unos pocos militares retirados por muy nostálgicos del franquismo que sean y pese al golpismo asesino que defienden.

Hay que condenar sin paliativos los chats que, incluso, pedían el “fusilamiento de 26 millones de españoles” y poner en marcha “una asonada”. Pero la izquierda no puede tener la desfachatez de intentar tapar con esta polvareda la vergüenza de sus pactos de Gobierno. Porque el verdadero peligro para la democracia española reside en la deriva de Pedro Sánchez, que se ha atado de pies y manos a los caprichos de quienes intentaron dar un golpe de Estado el 1-O y a los herederos de ETA que le exigen el derecho a crear “la República vasca”. El Ejército demuestra cada día su compromiso con la Constitución. El Gobierno, en cambio, depende para sobrevivir de los partidos que quieren acabar con ella. Ése es el peligro real.