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Novela

Herminia Luque: Las traidoras

domingo 11 de julio de 2021, 18:21h
Herminia Luque: Las traidoras

Edhasa. Barcelona, 2021. 137 páginas. 16,50 €.

Por Jorge Pato García

Aunque suene poco apropiado en una sección dedicada a la literatura, es casi tan antiguo como la propia existencia del hombre el tener algún entretenimiento mientras que hace sus necesidades fisiológicas más naturales. Periódicos deportivos, cómics y en esta era digital la presencia continua y constante en nuestras vidas de los dispositivos móviles, mal llamados teléfonos inteligentes. Pues si a esto le añadimos el hecho de pasar en el retrete una o dos horas diarias, tan larga espera hace falta que sea amenizada de alguna manera.

Quizás buscando eliminar cualquier pátina de realeza Herminia Luque (Granada, 1964) nos coloca, al inicio de esta novela, al rey Fernando VII en un lujoso excusado propio de un monarca, pero a fin de cuentas una estancia dedicada a ejecutar y canalizar aquellas cuestiones que nuestro cuerpo nos requiere. Sin duda alguna una manera de ahondar en el desprecio que siempre ha despertado la figura del rey español con peor biografía. Fue un soberano al que se le apodó como “el deseado” y que finalmente ha pasado a la Historia como el miembro de la monarquía hispánica que ha encarnado a la perfección la descripción de lo que es ser un felón y un traidor. Aparte de las cuestiones de Estado, Fernando VII, tal y como bien acreditan los retratos de la época, tenía una figura oronda, pasada de kilos en exceso -en aquella época en arrobas-, con unos problemas de regularidad difícilmente imaginables en nuestro tiempo, pero de los que se deja clara constancia.

Pues bien, en esos momentos tan íntimos en los que uno se reencuentra casi consigo mismo el rey tendrá la posibilidad de descubrir trece cartas diversas pero precisas. De todo tipo de estratos sociales, con diferentes niveles de formación y con vivencias personales muy distintas, así son estas trece misivas que ponen de manifiesto cómo se vivió en esa época en nuestro país y sobre todo hasta qué punto llegó la tiranía de Fernando VII. Un ejército de soplones se ganaban unos cuantos reales delatando a aquellos que podían ser acusados de traicionar a la corona, los amigachos del rey recibían incluso sentencias de muerte firmadas a las que solamente les faltaba colocar el nombre, de tal forma y manera que pudiesen tomarse la justicia por su mano quienes contaban con el favor real, no por méritos políticos o militares, sino por ser compañeros de sus juergas y correrías.

Si con Carlos I surgió una frase célebre que hacía referencia a lo que se consideraba un mal gobernante para una gran nación, con el caso del hijo de Carlos IV se amplía la brecha entre la forma de gestionar el país que tuvo este monarca y el valor intrínseco que siempre ha tenido la nación española, con el agravante de sus conchabanzas con los franceses y su admiración y sometimiento a Napoleón.

Herminia Luque, escritora y profesora de Geografía e Historia, ejerce casi de justiciera vengándose por la mala vida que siempre dio a las mujeres de su entorno, haciendo descansar sobre los hombros de trece féminas el protagonismo absoluto de esta novela. Además ha conseguido una de esas piruetas literarias que consiste en contar mucho, contarlo bien y en una extensión muy limitada de páginas, puesto que no llegamos ni a los dos centenares.

A pesar de todo lo que le puedan transmitir estas trece cartas, la mollera de Fernando VII no será permeable a los mensajes escondidos en estas líneas, por lo que nunca se desviará un ápice del comportamiento que le caracterizó durante toda su existencia.

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