El director del Museo del Prado, Miguel Falomir, ha presentado este lunes la instalación de Busto de Mujer 43 de Pablo Picasso gracias a una donación de la familia Arango Montull.
La obra, hasta ahora en manos de una colección privada estadounidense, pasa a ser de acceso público gracias al permiso recibido por parte del Ministerio de Cultura, que ha tenido conocimiento de la donación como también el Museo Reina Sofía dado que el natilicio de Picasso marca la línea divisoria entre ambas pinacotecas.
Busto de Mujer 43 ha sido instalada junto a obras del Greco y de Velázquez. El joven Picasso, estudiante, venía al Prado a hacer copias de sus maestros favoritos. “Aquí se empapó de Goya, Velázquez y El Greco. Esa experiencia fue fundamental en su forma de concebir el arte”, según Falomir.
Realizada en 1943, es una muestra de gran calidad de la respuesta de Picasso a la violencia de la II Guerra Mundial. En muchas de las imágenes femeninas pintadas en ese periodo el artista deformó los rasgos de las figuras de un modo radical. En esta, pintada en un solo día, lo hizo con trazos rápidos y muy seguros. La resonancia de los tonos del fondo y la rotunda presencia del tipo femenino revelan los ecos de su gusto por lo español y su profundo conocimiento de nuestra tradición pictórica.
Por ahora se trata de un deposito por cinco años y, si no pasa nada excepcional, el cuadro se convertirá en donación al museo una vez termine ese periodo.
En concreto, el museo ha ubicado el lienzo junto a El bufón Calabacillas de Velázquez, y lo ha ubicado en la sala dedicada al Greco, donde se encuentran varios de sus retratos. De este modo, Picasso se encuentra ahora ante dos de los artistas que más le influyeron.