www.elimparcial.es
ic_facebookic_twitteric_google

TRIBUNA

Faltan ellas

Jesús Romero-Trillo
lunes 06 de septiembre de 2021, 20:19h

El 20 aniversario del 11-S tendrá este año una dimensión global, pues la sombra de la retirada de Afganistán nos recuerda las dos décadas de ocupación que únicamente han servido para legitimar a los talibanes en el poder y sumir al país en una niebla espesa donde no se ve el futuro. El número de víctimas total entre los ataques del 11-S y los militares de las fuerzas de ocupación, unidos a los civiles y militares afganos se cuenta por millares. Es el fracaso de la guerra y de la ocupación militar para solucionar los problemas del mundo.

Durante los días previos a la salida de las fuerzas extranjeras de Afganistán me llegaron los mensajes de algunas jóvenes deportistas de élite con discapacidad que solicitaban ayuda para salir del país. Son jóvenes con sueños rotos que viven una situación dramática y que no cesan de seguir enviando información sobre lo que ocurre en el país, a la vez que siguen implorando ayuda porque el futuro que las espera es aciago.

En las últimas décadas España ha avanzado mucho en todo lo referente a los derechos de las personas con discapacidad, tanto desde el punto de vista social como desde el material con la progresiva eliminación de las barreras arquitectónicas. Sabemos que los ciudadanos afganos que desean salir del país se cuentan por miles. Sin embargo, uno de los criterios que se debe aplicar a la hora de ayudar en la salida debe ser la enfermedad o la necesidad de atención especial en un contexto donde sabemos que las mujeres no van a poder vivir dignamente.

Hasta ahora la sociedad civil española no ha tenido oportunidad de implicarse plenamente en la acogida a los refugiados, ya que todos los que llegan son atendidos a través de los centros del Estado y de las comunidades autónomas, junto con las ONG subsidiarias que han suscrito convenios con el Gobierno de España. Algunos países de Europa se han dado cuenta de que el Estado no puede, ni debe, monopolizar la solidaridad con los refugiados, al igual que no monopoliza la educación, la sanidad, o la atención a los desfavorecidos. Algunos países como Italia o Francia, entre otros, han tenido la audacia y la inteligencia de contar con la solidaridad de la sociedad civil y articular la acogida a través de los Corredores Humanitarios, promovidos por la Comunidad de Sant’Egidio junto a la Iglesia Católica y algunas iglesias protestantes. En España los sucesivos gobiernos presididos por Rajoy y Sánchez han ignorado esta iniciativa, que ya ha acogido e integrado a casi de 4.000 refugiados en toda Europa.

Ha llegado el momento de que el Gobierno confíe en la solidaridad de una sociedad civil madura y responsable, como es la española, y permita que se pongan en marcha los Corredores Humanitarios. Se podrán salvar así miles de vidas. La docena de jóvenes deportistas con discapacidad que he mencionado podrían ser las primeras que vinieran a España con este modelo de acogida. Todas están deseando encontrar un nuevo país donde recomenzar sus vidas y seguir practicando el deporte de élite que tendrán que abandonar con los talibanes en el poder.

Acabo de releer sus mensajes desesperados pidiendo ser evacuadas mientras esperaban a las puertas del aeropuerto de Kabul. La misión no está cumplida. Faltan ellas.

Jesús Romero-Trillo

Catedrático de Filología Inglesa en la UAM

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (9)    No(0)

+
0 comentarios