La estrella de Estados Unidos no pudo competir por problemas mentales en la cita nipona.
Simone Biles ha hablado sobre los problemas mentales que le provocaron un bloqueo en los pasados Juegos Olímpicos de Tokio. Favorita en todas las competiciones en las que participaba, la estadounidense no fue capaz de sobreponerse a la presión que venía arrastrando -en el ámbito deportivo y en el personal, con la denuncia de los abusos sufridos durante su adolescencia en el equipo norteamericano de gimnasia-.
Nombrada como una de las 100 personalidad más influyentes del año por la revista Time, ha concedido una entrevista a dicha publicación en la que ha abordado su sufrimiento en el evento nipón. "Es muy difícil para las mujeres y las niñas ponerse límites. Pero si empiezas a decir 'no' o ponerte límites para las pequeñas cosas, entonces las cosas más grandes no lo parecen tanto", avanzó.
"La experiencia de los Juegos Olímpicos ha sido, definitivamente, más que un desafío. Competir sin público, sin la familia, haber estado en cuarentena a causa del Covid-19 y saber que eres la líder para las 'supervivientes' siendo una de ellas que aún sigue en el deporte" parece haber provocado su colapso. Cabe recordar que en su país se les llama "supervivientes" a las atletas que denunciaron los abusos del médico Larry Nassar. Y que han tenido que testificar en el Senado estadounidense, como parte del intento de fiscalización del FBI y de la propia federación de gimnasia norteamericana.
Biles, que ha conquistado más medallas que nadie en la historia de su deporte (en Tokio sólo consiguió una plata y un bronce), ha reconocido que pensar demasiado le ha causado problemas severos. "Cuando estoy en el tatami, es como si me sintiera sola. Afortunadamente, siento que he hecho un gran trabajo, pero también es demasiado, es mucha carga", admitió.
"Pensar mucho las cosas te puede ayudar, pero también te puede herir a veces. Creo que la mayor parte del tiempo me beneficia, pero, entonces, cuando está dentro de tu cabeza es cuando se convierte en doloroso. Y entonces empiezas a pensar demasiado sobre tus habilidades, tus rutinas, tu confianza y el equipo", desglosó, haciendo referencia a las inseguridades que le acabaron gobernando en Tokio, convirtiendo su participación en algo peligroso para su integridad física, dadas las condiciones de la disciplina deportiva que practica.
Y se metió de lleno en lo que ocurrió durante la competición japonesa. "En los Juegos Olímpicos (Tokio 2020) estaba fuera de lugar y no podría sincronizar mi mente y mi cuerpo. Decidir no competir tras la prueba de salto fue muy duro. Nunca había estado en las gradas durante un Mundial o unos Juegos Olímpicos. Fue muy extraño para mí porque sabía que no era capaz de hacer mis ejercicios de forma segura. Si podía hacer algo en ese momento era animar a mis compañeras y apoyarlas dentro y fuera de la competición. Estar ahí para mentalizarlas de que no pasaría nada", relató.
"Si voy a un supermercado o voy a cualquier parte y la gente me dice 'enhorabuena', me gustaría saber por qué me felicitan. Por mi cumpleaños, por mi carrera profesional... Sólo me han felicitado por ganar", reflexionó. "Y ahora es como si fuera humana, como si fuera vulnerable. No suelo decirlo, pero es bonito que aún me reconozcan lo que he hecho, lo que estoy haciendo y lo que he superado", concluyó. Su lucha sigue.