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TRIBUNA

Aniversario de la Declaración de Schuman en el Senado

Juan José Laborda
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1718lamartingmailcom/12/12/18
sábado 14 de mayo de 2022, 18:53h

El 9 de mayo de 1950, cinco años después de la guerra, Robert Schuman (Luxemburgo, 1886- Francia, 1963), ministro de Asuntos Exteriores de la IV República Francesa, leyó su discurso en el que propuso que Francia estableciera con la República Federal de Alemania (la Alemania occidental, porque la Alemania oriental formaba parte del bloque soviético) un espacio económico común para el carbón y el acero.

A su lado estaba Jean Monnet (Francia, 1888 -1979), entonces responsable de la planificación económica con la que Francia intentaba rehacerse de los destrozos humanos y materiales de la reciente guerra, y Monnet sería después (1952) el primer presidente de la CECA (Comunidad Económica del Carbón y del Acero), un novísimo acuerdo político-económico que iniciaban, además de Francia y Alemania, Benelux e Italia. El origen de la Unión Europea.

Pero la Declaración de Schuman no empezaba con justificaciones económicas, sino con argumentos políticos y filosóficos: “La paz mundial no puede salvaguardarse sin unos esfuerzos creadores equiparables a los peligros que la amenazan. La contribución que una Europa organizada y viva puede aportar a la civilización es indispensable para el mantenimiento de unas relaciones pacíficas”.

A estas ideas se adhirieron el canciller alemán, Konrad Adenauer (Alemania, 1876-1967), y el presidente del gobierno italiano, Alcide de Gasperi (Imperio austriaco, 1881-Italia 1954), y con ellos se puso en marcha el proceso de unificación de Europa, un invento inaudito en términos de la historia de los Estados.

Los primeros pasos creando la Comunidad Económica se pusieron en conocimiento de las autoridades de la ONU, y aunque hoy ese comportamiento nos pueda sorprender, pues unos Estados europeos anunciaban prudentemente que su proyecto se insertaba en el orden mundial de la ONU, lo cierto fue que ese proyecto iba en la misma dirección de la Carta de las Naciones Unidas, concretamente, la desposesión del derecho de los Estados a declarar la guerra, y esa prohibición se hizo precisamente para evitar otra nueva catástrofe bélica europea; en los cuarenta primeros años del siglo XX, Europa había desencadenado dos guerras mundiales, y había pasado de ser el Continente más poderoso y admirado del mundo, a que en 1945, Europa estaba económicamente quebrada, socialmente deshecha, en ruinas, dividida por un telón de acero, y ocupada por norteamericanos y rusos; y España en la cuneta del mundo posbélico.

El Senado de España conmemoró el LXXII Aniversario de la Declaración Schuman con un acto mitad institucional y mitad musical.

Fue un acierto pleno, y el mérito fue de su presidente, Ander Gil, y de los demás órganos de la Cámara Alta. La Banda Sinfónica Municipal de Madrid (a los instrumentos propios de una Banda se añaden varias cuerdas), dirigida por un holandés, Jan Cober, interpretaron un repertorio de alta música, que se inició con el llamado Himno de Europa, de L. von Beethoven, y que incluyó el conocido Intermedio de La Leyenda del Beso, de los compositores R. Sutoullo y J. Vert.

A mi me hizo gracia al oírla, junto con piezas de Beethoven, Shostakovich y Rimski Korsakov, pues yo la había bailado de chaval, cuando la banda de música la tocaba en el pueblo de mis vacaciones veraniegas. El director Jan Cober, en sus posteriores palabras de agradecimiento, cosmopolitas y europeístas, nos descubrió por qué se incluyó en el programa: Ander Gil se lo había pedido, pues él y su padre la interpretaban en la Banda Municipal de Mena.

Hubo intervenciones refiriéndose al Día de Europa, con el que se conmemora la Declaración de Schuman de 1950. Abrió la ronda el anfitrión, Ander Gil, y después escuchamos las palabras de la presidenta de la Comisión Congreso-Senado para la Unión Europea, la diputada por Zaragoza, Susana Sumelzo, y a continuación, por videoconferencia, conocimos las intervenciones de la Presidenta del Parlamento Europeo, la diputada por Malta, Roberta Metsola, y las del Alto Representante para Asuntos Exteriores, el español, Josep Borrell. Finalmente, tomó la palabra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Fueron buenos discursos, teñidos todos ellos por el sentimiento que nos causa la guerra en Ucrania. Setenta y dos años después del discurso de Robert Schuman, sus palabras referidas a la paz y a la guerra, ya no eran frases retóricas. ¡Los muertos, la barbarie de los ejércitos rusos, nos pone de cara, inesperadamente, ante un futuro incierto, con el augurio de que la bomba de Putin suprima el futuro para gran parte de la humanidad!

Personalmente, me identifiqué con las palabras de Ander Gil y de Susana Sumelzo. Entendí que estas circunstancias oscuras estaban poniéndolas en la estela de las famosas palabras de Robert Schuman, en el sentido de que la política y la verdad siempre deben estar juntas. El presidente Sánchez, más apegado a la gestión gubernamental, dijo: "España ostentará la presidencia del Consejo de la Unión en el segundo semestre de 2023. Cuenten con nuestro empuje y nuestro tesón para que estos principios se consoliden y avancen a lo largo de los próximos años”. Al terminar el acto, varias personas me preguntaron: “¿Cómo ves las cosas?” Les respondí: “¡Las veo como tú!”

Juan José Laborda

Consejero de Estado-Historiador.

JUAN JOSÉ LABORDA MARTIN es senador constituyente por Burgos y fue presidente del Senado.

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