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Novela

Rodrigo Costoya: Hijos de Gael

lunes 18 de julio de 2022, 21:34h
Rodrigo Costoya: Hijos de Gael

Espasa. Barcelona, 2022. 706 páginas. 19,90 €.

Por Jorge Pato García

Entre 1337 y 1453 se desarrolló la conocida como guerra de los Cien Años. Realmente no fue un conflicto armado en el que durante los 116 años que duró hubiese permanentes batallas, como ocurría normalmente en las contiendas de esa época, pues a lo largo del periodo hubo diferentes treguas y tiempos de pausa en la batalla. El objetivo de este conflicto era resolver la preeminencia de uno de los dos pretendientes al trono francés, teniendo en cuenta que los monarcas ingleses eran uno de los aspirantes a él. En esta ocasión Rodrigo Costoya nos lleva al año 1397, el inicio de todo el relato va a ser un acontecimiento mezcla entre lo mágico-esotérico y las luchas de poder.

El conde de Vannes, Patern de Gwened, está muy preocupado por las informaciones, malintencionadas y traicioneras, que están llegando a sus oídos. Por ello decide enviar a la condesa Alix de la manera más discreta posible y sin soldados, solo acompañada por unos cuantos sirvientes, a refugiarse en el fin del mundo conocido dentro de lo que es la actual Francia, esto es, a Finistère. Lo más valioso de todo lo que va en esa comitiva se halla en las entrañas de la condesa, un nuevo vástago en el cual están puestas todas las esperanzas de futuro de las naciones gaélicas. Las piedras ancestrales profetizan la llegada de un guerrero de la luz.

Esta comitiva se verá hasta cada ir a Condesa será asesinada, pero lo que no podían suponer los atacantes es que entre las ramas de los árboles que le rodeaban se encontraba un aprendiz de druida, Al servicio de Myrna Ménec, la que era considerada última druida heredera de la ancestral sabiduría de los pueblos gaélicos. A pesar de ese rango de aprendiz, llevará acabo un ritual por el cual el hijo condenado a morir en el vientre de su madre después del asesinato de esta, acabará viendo la luz y todos sus enemigos pensarán que ha muerto cuando no es así.

A pesar del voluminoso átomo que nos presenta Rodrigo Costoya, su narrativa sintética y concisa hace que sea una lectura fácil y mucho más veloz de lo que al principio se podría pensar. Tras El custodio de los libros y Porto Santo nuevamente este escritor publica una novela que apasionará a los lectores.

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