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TRIBUNA

El Perú y Alemania. Una lección de Derecho

jueves 08 de diciembre de 2022, 16:10h

Acabo de leer en prensa que el Tribunal Supremo se prepara para revisar las condenas del “procés” a la luz, y con las consecuencias, de la eliminación del delito de sedición del Código Penal, pues la condena no fue únicamente de pena de prisión, sino que conllevaba la inhabilitación para ocupación de cargos públicos y, además, varios de los condenados también lo fueron por malversación.

Pues, a la vista de lo que viene, comparo. Comparo lo sucedido aquí con lo que ha pasado en el Perú y en Alemania. Comparación que me lleva a pensar en si en estos países van a seguir la estela del nuestro y sus gobiernos y parlamentos van a eliminar los delitos que se imputan a los presuntos (porque todavía no están condenados) golpistas y/o a reformar el trasfondo de la malversación de fondos públicos que, además de ser una conducta punible en sí misma considerada, suele acompañar a este tipo de delitos.

En el Perú, se ha dado un golpe de Estado (eso dicen allí los juristas, mi querido Presidente del Tribunal Constitucional peruano entre ellos) porque se ha pretendido sustituir el sistema constitucional por otro sin seguir los procedimientos previstos para ello. Debían acordarse de Kelsen nuestros juristas peruanos, cuando definía de tal modo el golpe de Estado. Sin el mínimo atisbo de "violencia", el ex Presidente Castillo ha querido disolver el Congreso sin seguir las normas constitucionales, asumir plenos poderes para gobernar por decreto y convocar una asamblea constituyente para elaborar una nueva constitución, al margen de los procedimientos previstos legalmente. La respuesta institucional ha sido fulminante: El resto de autoridades, civiles y militares (que en el contexto son importantes) se han opuesto a la tropelía y el golpe se ha parado. El golpista, que ha intentado huir, ha sido detenido, por sedición!!! (eso que no existe en el Derecho comparado) y, respetando los procedimientos legalmente establecidos, se le ha depuesto, con el argumento de “incapacidad moral permanente” para ocupar el cargo, declarando el Congreso (por 101 votos a favor, 6 en contra y 11 abstenciones) vacante la Presidencia y tomado juramento a Dina Boluarte, la Vicepresidenta que fue elegida junto con Castillo, como Presidenta del Perú, la primera mujer que accede a tal puesto. Ahora podremos constatar cómo, la antigua aliada y ahora adversaria del "método Castillo" se las ve con el Gobierno de unidad que quiere instituir en el país.

En Alemania, otro tanto. Dicen que un grupo de neonazis, que no reconocían el sistema constitucional instaurado en Alemania tras la Segunda Guerra Mundial, pretendían dar un golpe de Estado y, antes de que pudieran disparar un solo tiro, han sido detenidos y puestos a buen recaudo. Espero que no los tenga que enjuiciar el Tribunal de Schleswig Holstein, el que negó la aplicación de la euroorden a nuestros golpistas fugados, porque decía que en Alemania no existía la posibilidad de aplicar el Código Penal por un delito similar al que España les imputaba si no se había producido suficiente violencia como para doblegar al Estado. La Fiscalía está estudiando si estos “Ciudadanos del Reich” pueden ser procesados por “Alta traición”, sobre la base de que habían comenzado a hacer los preparativos para lograr sus objetivos, sin excluir potenciales actos de fuerza en los que querían involucrar al ejército y la policía. Habían comenzado a hacer los preparativos; no los habían culminado ni realizado pronunciamiento político en las instituciones al respecto. Los golpes híbridos, de los que nos hablan Malaparte, Meyssan o Sharp. No es necesario el uso directo de la fuerza, o si se usa ésta es mínima, porque previamente se ha estado degradando el sistema, difuminando las instituciones, haciendo creer a la ciudadanía que el cambio de régimen es necesario, incluso, para salvaguardar lo que ellos consideran “su” democracia. Pues bien, ese potencial violento atribuido a los miembros del grupo golpista, aunque no haya existido violencia directa, les hace también, conforme a la legislación alemana, potenciales reos de terrorismo.

Y claro, cuando comparo con lo que está sucediendo aquí, en España, estoy pensando en que, o somos un poco infantiles, por no decir otra cosa, o damos por bueno que nuestro Gobierno, en vez de impulsar la acción de las instituciones en defensa del Estado de Derecho, se dedica a pactar con golpistas y malversadores. Al final, les habrá salido gratis, se podrán presentar a las elecciones, podrán "volverlo a hacer".... y nosotros, además de víctimas, de paganos.

¿Sería de recibo en el Perú que tras los hechos recién acontecidos, la nueva Presidenta comenzara a pactar con su depuesto antecesor cambios en el sistema legal para que no se le pudieran exigir responsabilidades? Imaginemos que la Sra. Boluarte, que en el fondo había sido elegida con el mismo programa político que Castillo, siendo su número 2, aunque posteriormente rompiera con el partido que la había aupado al cargo, se sienta solidaria o necesite de los votos en el Congreso peruano de aquellos que han votado “no” a la vacancia, es decir, a la moción de censura, y comience a maquinar que se podría suprimir del Código Penal peruano la “sedición” por la que se ha detenido a Castillo. También podría, hipotéticamente, la flamante Presidenta, comenzar a pactar con sus fieles la modificación de las normas que regulan la malversación y la corrupción para que Castillo (ella misma tiene problemas ante los tribunales al respecto) y otros salieran de rositas de las imputaciones o, al menos, con una substancial rebaja en las penas que pudieran imponérseles. ¿Cómo reaccionarían las instituciones peruanas ante ello?

¿Sería de recibo en Alemania que la Fiscalía cambiara las imputaciones sobre las que se basa para el enjuiciamiento del golpismo de manera que todo quedara en una “ensoñación” de un pretendido príncipe y sus secuaces? No acabo de imaginar que el Bundestag revisara los delitos federales suprimiendo la “alta traición” para favorecer a determinados reos potenciales. O que cambiara las normas penales de manera que se pudiera considerar que “sin sangre” corriendo por las calles sólo se estaría ante un problema de desórdenes públicos. ¿Resistiría el sistema constitucional alemán tales erosiones?

Ni en el Perú ni en Alemania son de recibo las triquiñuelas que, para favorecer al golpismo, se están aplicando en España. Nuestros juristas, nuestros políticos, deberían reflexionar al respecto, si no quieren perder la escasa credibilidad que, más allá de sus corifeos, todavía mantienen. El Estado de Derecho ha dado la respuesta adecuada, tanto en el Perú como en Alemania. Nos han dado una lección jurídica sobre la eficacia del Estado de Derecho. En España, por el contrario, nos deslizamos peligrosamente por la senda que nos podría llevar a ser considerados “infractores sistémicos” por parte de las Instituciones Europeas. No quiero, tampoco, imaginar las consecuencias que ello acarrearía, pues esta voladura híbrida, gota a gota, del sistema constitucional, que nos están aplicando, nos lleva a rebajar cada vez más nuestra posición en los índices de democracia. Si ya no somos una democracia plena, pues hemos descendido a democracia defectuosa, imaginemos dónde vamos a ir a parar cuando culminen las reformas que se pergeñan.

Teresa Freixes

Catedrática de Derecho Constitucional. Vicepresidenta de la Royal European Academy of Doctors

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