La ley del “sí es sí” ha provocado la mayor crisis interna en el Gobierno de coalición. Pedro Sánchez quiere modificarla y frenar las masivas rebajas de penas que se han producido desde su entrada en vigor, que ya rozan las 300, y las excarcelaciones, que superan las 20. Porque teme que el PSOE se desplome aún más en las próximas elecciones como consecuencia de esta descomunal torpeza. Podemos parece haber cedido en una modificación que acabe con sus “indeseados” resultados en los tribunales. Sin embargo, se resiste a que se toque “”el corazón” de la ley, por su empeño en ondear en exclusiva la bandera feminista, a pesar del fiasco que ha supuesto la nueva norma.
Las negociaciones entre los Ministerios de Igualdad y Justicia parecen encallar. Solo están de acuerdo en acusar “a la derecha política, judicial y mediática” de las mencionadas rebajas de penas y excarcelaciones. Como si los jueces, en lugar de aplicar la letra de la ley, estuvieran al servicio del PP. La soberbia, en especial de Podemos, impide que Irene Montero e Ione Belarra admitan la torpeza de los responsables de la elaboración de la ley. Prefieren acusar, en principio incluso al PSOE, de querer volver a la normativa anterior. Para ellas, los jueces de la derecha siguen siendo los responsables de esas “indeseadas” consecuencias.
A pesar de la urgencia en modificar la ley, no va a resultar sencillo que el PSOE y Podemos lleguen pronto a un acuerdo. Porque los dos partidos están empeñados en erigirse en los protagonistas de la lucha por los derechos de la mujer; más aún, en vísperas electorales. Ninguno parece tener prisas por romper la coalición, pero no hay que descartarlo. Pues antes o después tendrán que presentar sus candidaturas electorales y luchar por obtener el mayor número de votos y, en ese momento, el acuerdo de Gobierno saltará por los aires. Mientras tanto, los violadores siguen beneficiándose de las rebajas de sus penas o abandonando la cárcel.
Y, así, al final, el contenido de una ley que quiere convertirse en la estrella de sendas campañas electorales se va a modificar más o menos en función de sus respectivos intereses electorales. No en función de la “protección de las mujeres”. Y las auténticas feministas rechazarán y se burlarán de los eslóganes del PSOE y Podemos, pues han comprobado que, en realidad, solo buscan su voto.