El escultor abulense
Santiago de Santiago, fallecido anoche en Madrid a los 97 años, deja una inmensa obra repartida por todo el mundo, en la que no faltan desde bustos de la Familia Real hasta esculturas de personas anónimas, como la figura dedicada al vendedor de la ONCE ubicada en la madrileña calle del Prado.
De Santiago nació en Navaescurial (Ávila) el 25 de julio de 1925. Hizo la carrera de Magisterio e inició la de Ingeniería, pero debido a su inclinaciones hacia la escultura, abandonó estos estudios y se dedicó a investigar en el terreno de la escultura.
De hecho, se pasaba horas en el Instituto Anatómico Forense representando cada una de las articulaciones, huesos y músculos de los cadáveres.
A pesar de que todos le consideraban autodidacta, cursó estudios de escultura en Francia, Italia y Marruecos, así como de anatomía.
Mientras hacía la milicia universitaria en Marruecos en 1953, presentó su obra en la Exposición Nacional de Educación y Descanso de Melilla, donde obtuvo el segundo premio.
En 1959 expuso por primera vez de forma individual en Madrid. Desde entonces, participó en innumerables muestras individuales y colectivas, en las que obtuvo un gran éxito.
Presentó en 1962 parte de su colección en París y una década después ya había creado más de dos mil obras -bustos, estatuas y monumentos- en los más variados materiales, como madera, mármol, piedra caliza, arcilla o piedra volcánica.
En Estados Unidos hizo una exposición itinerante en 1980 y en Japón participó en una muestra colectiva internacional. Ese mismo año, cuando presentó su libro de poemas "Piedra Ardiente", fue galardonado con el Premio Especial de la Exposición Internacional Gran Premio Kotaro Katamura, celebrado en Japón, por su obra, "El amor Salva".
Un año después, en Madrid, expuso obras cercanas a la abstracción, participó en una muestra en Estados Unidos, México y Japón, y esculpió el trofeo de la Cruz Roja.
En 1982 presentó una escultura dedicada a Ernest Hemingway, la obra de la FIFA para el Mundial de Fútbol celebrado en España, y el monumento en honor a Santiago Bernabeu en Madrid.
En 1989 esculpió el busto del creador de Aldeas Infantiles, Hermann Gmeiner, que fue descubierto por la reina Sofía.
Entre sus últimas muestras destacan las de la Sala de Exposiciones Café Español y Salón de Recepciones del Ayuntamiento de Oviedo (2009), la Exposición Retrospectiva Permanente en Navaescurial, Ávila (2009), "Panorámica en el Tiempo" en la Casa de Galicia de Madrid (2011), "60 años con la escultura" en el Centro Cultural de China en Madrid (2013), Retrospectiva en el Centro Cultural Eduardo Úrculo en Madrid (2013), Retrospectiva en el Casino de Madrid (2014) y 6th Beijing International Art Biennale, (China, 2015).
Entre sus obras destacan bustos de los Reyes Felipe y Letizia, de los Reyes Juan Carlos y Sofía, de Adolfo Suárez y otros políticos y también de artistas y escritores como Alfredo Kraus, Carlos Gardel, Celia Gámez o Mario Vargas Llosa, además de esculturas como las de Lola Flores y Antonio para su mausoleo en el cementerio de La Almudena y la del vendedor de cupones de la ONCE "Fortunato", expuesta en la calle del Prado de Madrid, el busto de Goya para el Museo Puskin de Moscú o el Grupo de cinco esculturas para el Museo Te-Utsuki-Ga-Hara de Tokio (Japón).
Poseedor de la Medalla al Mérito en el Trabajo, entre muchos otros reconocimientos, fue el creador del Toisón de Oro que se impone a diversas personalidades de diversos ámbitos.
El artista también pintaba, hacía joyas e impartía clases de modelado, dibujo y pintura en su propio domicilio, en Madrid.
Santiago de Santiago fue vicepresidente de la Asociación de Pintores y Escultores de España. Era Caballero Mozárabe, Caballero y Gran Orden del Duque de Alba, Cruz Militar de Primera Clase y Caballero Templario.
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