El
Rey Juan Carlos asistió este jueves, acompañado por su hija la
infanta Cristina, a la ceremonia de ingreso en la Academia Francesa del Nobel hispano-peruano
Mario Vargas Llosa, ambos invitados de primera fila bajo la emblemática cúpula del Instituto Francés, en París.
"Muy bien. Encantado de veros", dijo escueto pero sonriente Juan Carlos I, a los periodistas que, a distancia, le consultaron cómo estaba mientras entraba en el anfiteatro.
Al ingresar a la sala, el Rey y su hija recibieron una ovación de los asistentes, antes de sentarse en la primera fila del anfiteatro sin que nadie más estuviera a su lado.
El Rey, que reside en Abu Dabi, se desplazó a París en viaje privado después de que el propio Vargas Llosa le extendiera una invitación para acudir a la solemne ceremonia. No se conocen, sin embargo, detalles de la agenda de Juan Carlos I.
A sus 86 años, Vargas Llosa ocupará el sillón número 18 de la Academia Francesa, una institución creada en 1635 por el cardenal Richelieu para velar por la lengua francesa.
Don Juan Carlos declaró que "seguramente" irá pronto a España, en un breve comentario al salir de la ceremonia.
"Yo creo que tendría que haber un poco más de comprensión y de agradecimiento con un rey del que depende en gran parte la libertad de la que gozamos hoy en España", señaló Vargas Llosa a la salida de la ceremonia en declaraciones a los periodistas. Además, el escritor se mostró "muy agradecido" por la presencia de ambos: "Creo que le han dado un cierto realce a la ceremonia".
"El Rey ha hecho un gesto muy simpático viniendo", recalcó Vargas Llosa.
Y al salir, el saludo de Vargas Llosa, enfundado en su uniforme de nuevo académico y su invitado causó una auténtica melé de rugby entre fotógrafos y cámaras de televisión que no querían perderse la imagen.
"Esto es una locura", se lamentaba una funcionaria de la Academia, más acostumbrada a la rigidez del protocolo de la institución, fundada hace casi cuatro siglos.