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TOROS

Crónica taurina. Feria de Olivenza. Novillada: la terna a hombros

Crónica taurina. Feria de Olivenza. Novillada: la terna a hombros
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sábado 04 de marzo de 2023, 10:46h

La novillada inaugural de la feria de Olivenza brindó triunfo a los tres novilleros. Carlos Domínguez, Sergio Sánchez y Tristán Barroso ganaron la salida por la puerta grande con los tres primeros animales de Alejandro Talavante. Embestían sin malicia ni tarascadas, nobles, pero con algunas señales de la mansedumbre. Los otros tres (4º, 5º y 6º) fueron más complicados: tomaron la vara saliendo sueltos, algunos dando coces al sentir el hierro. El quinto careció de fuerza por completo.

Carlos Domínguez, triunfador del año pasado, abrió la plaza con Cristalino (1º). La quietud prevaleció en las lidias de Carlos. El bicho le arranca el capote, pero lo resuelve con ingenio. Galleó bien: de frente por detrás, con un afarolado y rematando a una mano. El clásico comienzo de rodillas, pasándose al toro por la espalda. Las series se hilvanaban con facilidad pasmosa: el novillero le encontró el temple y lo llevó embarcado por ambos pitones. Una obra de belleza clásica a la que no se puede añadir ni quitar un ápice. La estocada cayó con algo de travesura, de efecto fulminante. Dos orejas. Ovación a Cristalino en arrastre. Juerguista (4º) tuvo más genio. No se dejó tomar la medida tal fácilmente. Carlos Domínguez se expuso mucho galleando con el oro por la espalda, arrancando los “ay” del público. La primera serie a base de flexionados, rodilla en tierra. Mira al tendido. El novillo es bronco a la salida del embroque, ahí vino el primer desarme. El toro da media vuelta y se dirige a las tablas. Carlos le saca una serie de pases, pero Juerguista le engancha los machos de la taleguilla. Las luquesinas de remate y un desplante. La espada defectuosa, porque el novillo perdió las manos al arrancar. Dobla enseguida.

Bombardo (2º) fue uno de los pocos que remató en las tablas. Sergio Sánchez le veroniqueó de rodillas, pero el novillo se fue. El novillero sigue de rodillas, lo que le quita brío a los lances. Algo inoportuna la insistencia de poner al toro en la suerte de varas, cuando el animal ya iba al caballo. Muy feas coces dio Bombardo al sentir el hierro. La segunda fue mejor: el picador Antonio Palomo fue aplaudido. El quite memorable de Sergio Sánchez: de frente por detrás con varios lances aserpentinados a una mano. La faena se abre por estatuarios. La embestida del animal de movida y calamocheando, pasa a ser casi de terciopelo, por la insistencia del novillo a seguir la franela. Sergio aprovechó la nobleza, para adornarse con pases mirando al tendido. Un farol para cambiar de mano y embarcar al animal, y con la diestra: la serie con los pies clavados en un terreno menor que un pañuelo. Manoletinas de cierre, muy ceñidas. La suerte suprema aguantando la arrancada. Entera. Se dobla. Dos orejas. Sergio citó a Vendimiador (5º) con un precioso conjunto de una larga, una revolera y chicuelinas. El arponero Luis Miguel Amado se desmonteró por parear con precisión. Vendimiador tarda en acudir a los estatuarios de Sánchez. Se resiste al cambio de terrenos, aquerenciado en las tablas. La faena sin toro. Sergio alargó demasiado, esperando el milagro de la embestida, pero el novillo aplomado no se movió ni para recibir la estocada.

Tristán Barroso esperó a Rescoldillo (3º), apoyado en las tablas y sin cantearse. Esperó que el animal se desfogase, y lo lleva a los medios con lances decididos, intercalando las chicuelinas. Guillermo Marín dio al novillo una fuerte vara, que le hizo perder los pies. Rescoldillo se duele de las banderillas, que cayeron traseras. Barroso hizo una faena de aseada, rematada. Sin sobresaltos, excepto al comienzo, cuando el utrero casi le arrolla al hacer los pases ayudados por alto. Cerró la faena por bernardinas y la espada entró entera pero desprendida, dejando al toro amorcillado en las tablas. Dos orejas. A su segundo, Niñote (6º), le lanceó a la verónica, arrancando el aplauso unánime del público, que quedó en los tendidos a pesar del frío. Seguido por un celebrado quite por chicuelinas, abrochado con una larga. Los pases flexionados bajos, amoldaron la cabeza del animal, que siguió la franela en la serie de redondos limpios. Por el otro pitón, trata de achuchar. Tristán resiste y mira al tendido, haciendo unos naturales. El Niñote cierra el telón y se marcha a las tablas. El novillero, no conforme con su desidia, le desafía, y le administra otra serie. Al hacer uno de los pases más artísticos, se tropieza Tristán, pero enseguida se repuso. El toro ya no da para más. La espada entró a medias, muy delantera, pero eficaz. Una oreja. Un gran debut de Tristán en Olivenza.

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