El piloto español se provocó un accidente en la tercera vuelta. Viñales fue segundo.
Pareciera que el estreno de la modalidad de carrera al esprint de este sábado en el circuito de Portimao ha contaminado al Gran Premio de Portugal de MotoGP. Se quejaron bastantes pilotos porque la organización del Mundial les haga competir por puntos en la jornada sabatina, en una prueba de 12 vueltas que algunos han definido como "combate de boxeo". Cierto es que no han sido pocos los que han sufrido caídas -y lesiones- en este fin de semana de inauguración del calendario. Sin embargo, la fractura de una vértebra y la mandíbula de Pol Espargaró no agotaría la mala suerte para el motociclismo español y este domingo también se vivió un lance de esos que cortan la respiración.
Fue en la tercera vuelta de la carrera definitiva. Y Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V) fue su protagonista. El catalán había maravillado y sorprendido, a partes iguales, al alzarse con la 'pole' y partió desde el primer lugar de la parilla. El problema es que no gozó de rebufo alguno para propulsarse y cedió posiciones con demasiada rapidez. Entonces arriesgó, en un intento por recuperar el terreno perdido de manera inmediata. Y cometió un error grosero: calculó mal la frenada y arrolló con dureza a Miguel Oliveira (Aprilia RS-GP). El piloto luso estaba peleando el liderato con Jorge Martín -que también recibió un toque de Márquez-, tras efectuar una salida maravillosa, cuando sufrió el atropello de la moto del catalán.
Gracias a la providencia, Oliveira salió ileso. Marc se marchó con una mano cercana a la fractura. Ambos quedaron fuera de una carrera en la que habían depositado muchas ilusiones, si bien fue al español al que más duro le pegó el incidente. Pitado por la tribuna, pidió perdón a todos antes de volver con su equipo. Le toca afrontar un nuevo periodo de rehabilitación, ahora que aparentaba disfrutar de la estabilidad que le ha faltado en estos últimos años. Y ahora que ya asomaba un verdadero control de la Honda.
Pasado el susto, la carrera desnudó la superioridad de Francesco "Pecco" Bagnaia (Ducati Desmosedici GP23). Sumó el sábado los 12 puntos del esprint y en este día remató la faena con una victoria aplastante. Controló desde el primer puesto a partir de la tercera vuelta. Esperó de inicio tras Oliveira y cuando se descubrió liderando se limitó a competir con cerebro. Maverick Viñales (Aprilia RS-GP) fue el que más se le acercaría, aunque el italiano manejó a la perfección la potencialidad de su moto. Cuando se cruzó el ecuador de la prueba fue acelerando y sentenció, con una escapada irrefrenable, en el tercio final de vueltas. Su victoria, con el dorsal uno, da inicio a la reivindicación personal que persigue en 2023: quiere ganar el Mundial para demostrar que la corona de 2022 no fue casualidad.
Por detrás de "Pecco" rindió con solvencia Viñales. El piloto de Figueres se despegó con astucia de Jack Miller (KTM RC 16), Marco Bezzecchi (Ducati Desmosedici GP22), Alex Márquez (Ducati Desmosedici GP22) y Brad Binder (KTM RC 16). No se preocuparía más que de esperar a algún fallo de Bagnaia, con el segundo puesto garantizado. Y a su espalda brillaría sobre todo Bezzecchi. El transalpino venció en el cuerpeo del segundo grupo, en una pugna maravillosa en la que se las tuvo que ver con todos su compañeros de viaje. Y se metió en el podio. Ahí se paladearon los mejores tramos de adelantamientos de la jornada. Y Alex Márquez concluyó quinto, tras ceder en el último trecho ante Zarco.
Lejos de los focos se movieron Fabio Quartararo (Yamaha YZR M 1) y Aleix Espargaró (Aprilia RS-GP). Ninguno de los dos alcanzaron a remontar posiciones y tras salir muy atrás llegaron a puntuar desde los puestos octavo y noveno, respectivamente. A los dos les afectaron problemas técnicos. Y a su altura cayó Jorge Martín (Ducati Desmosedici GP23) después de verse afectado por el accidente de Marc Márquez y Oliveira. El madrileño buscó la machada desde el fondo y llegó a superar a Quartararo, mas se fue al suelo cuando trataba de dejar atrás a Luca Marini. La misma suerte corrieron el propio Marini y Raúl Fernández (Aprilia RS-GP).
La representación española se completó con Alex Rins en la décima plaza, en su primera carrera con la Honda RC 213 V del equipo del italiano Lucio Cecchinello. Le queda trabajo, al igual que a Joan Mir (Repsol Honda RC 213 V), que hubo de cumplir con la "vuelta larga" de penalización que le impuso la organización por el percance sufrido con Quartararo en los entrenamientos. Finalmente, Augusto Fernández (GasGas RC 16) cruzó la línea de meta en el decimotercer lugar. En un fin de semana volcánico para empezar el año.
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