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TRIBUNA

¿Vuelve a reír la primavera?

lunes 27 de marzo de 2023, 20:15h

Han sonado los primeros clarines de la primavera, que para el maestro Ruano son las ramas del almendro, primer árbol que florece en la esplendorosa estación y que viste su blanco uniforme de gala condecorado como especie vigilante del reino vegetal. Siempre está de guardia. Aunque nos han invadido los perfumados aromas primaverales con sus renacidos y alegres aires de renovación, sin embargo, observamos con tristeza cómo las manifestaciones más directamente enlazadas con la vida terrenal continúan marchitándose al instante y se difuminan ante la pujante primavera espiritual. No logramos permanecer fieles a los sabios consejos de favorecer a los desfavorecidos, de mantener la preciosa herencia de la tradición, de refrenar la codicia, de extinguir los odios, de abrir los corazones, en suma, de evitar caer en la tentación.

La hosquedad de una impertinente guerra sigue anegando la vida con el humo de las explosiones y los gritos de dolor, cuyo estruendo impide poner oído a los anhelos de paz y a los repiques de gloria de la Pascua florida en la que resucita el Salvador. En nuestro caserón patrio, puesto patas arriba por las discordias de siempre, se tacha a lo viejo. “Más viejo que un padre de la Iglesia”, se dice con desprecio. ¿Estamos para el arrastre los que aún creemos en el entendimiento de quienes piensan diferente? Nada hay que se parezca más a un niño que un viejo. Un recién nacido no tiene dientes; un viejo tampoco. Hay futuro en ambos. Toda una vida por delante. Toda una experiencia por detrás. No reprendas con aspereza a un viejo, sino exhórtalo como se exhorta a un niño.

La política que venía a ser regenerativa está degenerando la convivencia. Se crean nuevos problemas y se agravan los ya existentes. Ante el ciudadano se usa máscara. Se pronuncian discursos plagados de medias mentiras y de mentiras enteras. Los políticos actúan dentro del escaparate de las encuestas sin importarles verdaderamente los problemas cotidianos de los electores. El drama radica en que si la izquierda tiene que acudir a salvar a la izquierda de la propia izquierda, es que la izquierda da miedo. El encierro en uno mismo es otra de las desventuras provocadora de un desconcierto profundo en la vida. Una señora que se hace llamar escritora se ha cerrado a que su obra sea publicada en lengua española. Es como si prohibiera que sus libros se vendieran más allá de su comunidad de propietarios. Si hay algo muy en común en el orbe es la lengua de Cervantes. Los españoles hemos conservado un imperio espiritual; hablan y rezan nuestra lengua una veintena de naciones y millones de personas. Las diferencias geográficas, étnicas y de lengua no constituyen obstáculos para la unidad. Suiza nos lo enseña, a pesar de que su primavera no es como la nuestra, en la que un mismo rosal da una rosa idéntica todos los años pero sin ser la misma rosa. Quizás a algunos les resulte difícil entender el lenguaje de la primavera.

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