"Con cien millones de euros se pueden comprar un millón de votos". La frase pronunciada...
"Con cien millones de euros se pueden comprar un millón de votos". La frase pronunciada en una conversación de sobremesa por un personaje de la extrema izquierda pone los pelos de punta. La vía más fácil para consumar la tropelía es el correo. A muchos inmigrantes, a determinados ancianos que no van nunca a votar, a personas acuciadas por la necesidad, se les ha ofrecido entre 100 y 250 euros y, como quedó claro en una sentencia del Tribunal Supremo, el procedimiento electoral establecido facilita el fraude. Sorprende que desde la máxima altura del PSOE se haya estimulado el voto por correo, que debería ser una fórmula excepcional para impedidos, ancianos, enfermos, ausentes y responsables de trabajos imprescindibles.
La trampa se ha descubierto demasiado tarde. No ha habido tiempo suficiente para calibrar ni el alcance ni el volumen de la operación urdida todavía no sabemos por quién. Ciertamente, en todas las elecciones se producen insidias, sospechas y denuncias. Pero en esta ocasión la impresión de los expertos es que se ha orquestado una maniobra de largo alcance con el objetivo claro de golpear a las encuestas y trampear los resultados finales, tanto de las elecciones autonómicas como de las municipales.
En Iberoamérica hemos asistido en los últimos años a varias elecciones fraudulentas, siempre en beneficio de la extrema izquierda y también en Europa se ha intentado alterar alguna elección, incluso en países que están instalados en la vanguardia tecnológica.
Es necesario controlar las alarmas, evitando afirmaciones sobre noticias sin contrastar, especulaciones con escasos soportes de realidad. Pero habrá que convenir que los datos conocidos inquietan y que se hace necesario investigar seriamente las posibles operaciones fraudulentas. Aunque sea tarde.
Luis María ANSON
de la Real Academia Española
ACECHAN LAS TRAMPAS ELECTORALES
Reproducido por Google y otras redes sociales, este artículo ha tenido un eco considerable. Lo publicamos a continuación para conocimiento de los lectores de El Imparcial. Su autor es el académico de la Real Academia Española, Luis María Anson, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. Tras la colaboración habitual del autor en El Imparcial, reproducimos el artículo que apareció ayer en La Razón. Y que el el lector, juzgue.
Los lectores que en La Razón prueban la canela fina de mis artículos tienen conciencia de las reiteradas advertencias que he hecho en los últimos meses sobre posibles trampas en las elecciones, teniendo en cuenta las que han padecido y están padeciendo algunas naciones iberoamericanas.
¿Se trata de dos casos aislados o es la punta de un iceberg globalmente sumergido? En Melilla y en Mojácar se ha detectado una enmascarada operación para comprar votos canalizados a través de Correos. Por 250 euros se compra un sufragio que se tramita después, con dificultades para detectar el fraude, a través de un procedimiento de débiles cautelas. Y no es sólo el único posible. Y no sólo ocurre esto en países del segundo o del tercer mundo. Holanda es una de las naciones más prósperas de Occidente y se encuentra en la vanguardia del desarrollo tecnológico y de la digitalización. En 1967, Rob Bertholee, director de la AIVD, servicio de inteligencia holandés, fue alertado por sus colegas estadounidenses. Y el primer ministro, el liberal Mark Rutee, decidió sortear a los hackers y retornar al escrutinio manual de los votos y a la comunicación telefónica. Holanda estableció en las elecciones del año 2017 que los colegios electorales enviaran los resultados en papel, eludiendo internet. El lápiz y el teléfono sustituyeron a los avances tecnológicos digitales.
La ética de los distintos partidos es diferente. Para algunos hacer trampas fractura la democracia. Para otros, hacer trampas es lo correcto con el fin de derrotar a los burgueses decimonónicos e imponer el gobierno de la clase mayoritaria.
No quiero caer ni en la insidia ni en la descalificación, sino alertar a los partidos serios para que establezcan una red, como hizo Mark Rutte en los Países Bajos, que impida la adulteración de la democracia pluralista plena.
Hace algún tiempo asistí a una Numancia, dirigida por Sonia Sebastián, En esa obra teatral, Cervantes escribe: "Jamás la falsedad vino cubierta tanto con la verdad, que no mostrara algún pequeño indicio, alguna puerta por donde su maldad se investigase". Los indicios ahí están. La investigación debe hacerse de forma urgente y exhaustiva. Sería absurdo que los políticos serios se dejaran engañar.