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Novela

Karl Ove Knausgård: La estrella de la mañana

domingo 04 de junio de 2023, 16:13h
Karl Ove Knausgård: La estrella de la mañana

Traducción de Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo. Anagrama. Barcelona, 2023. 784 páginas. 25,90 €. Libro electrónico: 17,95 €. El autor de la monumental serie “Mi lucha” nos ofrece una novela ya no encuadra en la autoficción que te atrapa con una inquietante drama con regusto distópico y existencial. Por Ángela Pérez

La denominación de autoficción se la debemos al crítico literario, escritor y docente francés Serge Doubrovsky París, 1928-2017), quien puso el término en circulación -en cierta medida espoleado por su compatriota, el teórico Philippe Lejeune y sus reflexiones sobre la escritura autobiográfica-, a raíz de publicar en 1977 su novela Hijos. Claro está que ya está había muestras de ella, pero hasta Doubrovsky no pareció adquirir carta de naturaleza. Y no sólo eso. También abrió la puerta a un sinfín de obras de carácter autoficcional hasta el punto de que el género se convirtió en un fenómeno incluso más allá de lo literario. Porque la autoficción al trabajar con material muy sensible no deja de provocar controversia. Así, por ejemplo, recientemente, ocurrió con Yoga, de Emmanuel Carrère, a quien su exposa, Hélène Devynck, acusó de manipulador y mentiroso, entablándose una agria y aireada disputa entre ambos, lo que sin duda influyó en que Yoga quedara fuera de los aspirantes al Premio Goncourt.

Y antes de Carrère, estalló intensamente la polémica con el noruego Karl Ove Knausgård (Oslo, 1968) y su monumental serie Mi lucha formada por seis voluminosas novelas -que pueden, no obstante leerse de forma independiente, que comenzó con Mi lucha 1. La muerte del padre.

Aparte de su coincidencia en el título con Mein Kampf, de Hitler –aunque nada tiene que ver con la siniestra ideología del líder nazi-, se puso en la picota a Knausgård por haber sido muy prolijo y detallista en contar, más allá de su vida y sentimientos, la de familiares y amigos que se sintieron concernidos, y a veces no precisamente para bien. Así, sus exparejas Tonje Aursland y Linda Boström Knausgard (Estocolmo, 1972). Con esta última fue especialmente inclemente. En Fin, el último volumen de Mi lucha, no sólo describe minuciosamente su crisis amorosa con Linda Boström, sino también sus problemas mentales, marcados por la bipolaridad, y sus internamientos, auspiciados por él, en hospitales psiquiátricos donde se la sometió a electroshocks. Un asunto que Knausgård siguió tratando en su Cuarteto de las cuatro estaciones: En invierno, En otoño, En primavera y En verano, una serie menos densa que Mi lucha, en la que continúa transitando por la autoficción. Al relato de su tormentosa relación, Linda Boström le dio la réplica, aunque no es un crudo ajuste de cuentas, en su novela Niña de octubre, donde relata su terrible experiencia.

Pero, posteriormente, la vida de Knausgård dio un giro, encontró una nueva pareja, Michal Shavit, responsable del sello Jonathan Cape, y se instaló en Londres. Y también, tras confesar que no volvería a escribir autoficción, su producción se encaminó hacia otras vías. El primer resultado del cambio es La estrella de la mañana, que como prácticamente toda su obra, nos llega de la mano de Anagrama.

La estrella de la mañana, dedicada a su actual pareja, se presenta como ficción pura, que parte de un extraño fenómeno: en una noche de agosto en Noruega aparece una nueva y extraña estrella que observan con admiración e inquietud los nueve protagonistas y narradores de la historia, que tienen una cierta interconexión entre ellos. Así, el profesor de literatura Arne, el periodista Jostein, la pastor de la Iglesia noruega Kathrine, que presa de un desconcertante deseo decide mentir a su esposo y decirle que ha perdido el avión para pasar la noche en solitario en su propia ciudad, y los jóvenes Emil e Iselin que intentan acallar su debilidad mediante la música, entre otros. A través de sus propias voces vamos conociendo su situación y sus cuitas, diversas, pero hermanadas por la angustia y la sensación de que algo terrible va a suceder. El presagio es esa misteriosa estrella, que no es el único. También extraños y amenazadores pájaros –¿resonancias de la célebre película de Alfred Hitchcock?-, una plaga de mariquitas, visiones de personas fallecidas y hasta un crimen macabro.

La novela se encabeza con una perturbadora advertencia, tomada de Apocalipsis 9:6: “Y en esos días los hombres buscarán la muerte, pero no lo hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos”, y se cierra con una suerte de ensayo titulado “Sobre la muerte y los muertos”. Puede que Karl Ove Knausgård haya abandonado la autoficción, pero, curiosamente, por ejemplo, la mujer de Arne, Tove, padece trastorno bipolar –“Era imposible decir cuando empezaba lo enfermizo, porque todo se desbordaba lentamente, iba de la alegría y el entusiasmo a algo que la alejaba cada vez más de nosotros”-, y la mujer de Jostein trabaja en un hospital psiquiátrico.

Sea como fuere, el autor noruego no renuncia a insertar reflexiones, aunque no deja de haber acción, lanzar preguntas de cuño existencialista y a una visión ciertamente desoladora de la existencia humana en esta novela de un cierto regusto distópico. Tampoco abdica de la ambición que presidió Mi lucha, para ofrecernos una novela que te atrapa con su inquietante trama.

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