En las operaciones militares participan unidades especiales de asalto equipadas con armamento occidental.
Ucrania ha retomado hoy la iniciativa en el frente, donde Rusia y medios occidentales informan sobre el comienzo de su contraofensiva, y también en la zona del desastre provocado por la destrucción de la presa de Kajovka, visitada por su presidente, Volodímir Zelenski.
Mientras ambos bandos se lamen las heridas, medios estadounidense, que citan fuentes cercanas a Zelenski, hablan del comienzo de la largamente esperada contraofensiva ucraniana. Según las fuentes, esas operaciones tienen lugar en el sureste del país con la participación de unidades especiales de asalto equipadas con armamento occidental.
El objetivo principal sería llegar a la frontera administrativa de la anexionada península de Crimea, pero antes habrá que liberar las ciudades de Melitópol y Energodar, que da acceso a la central nuclear de Zaporiyia, bajo control ruso desde hace más de un año.
El Ejército ucraniano solo reconoce públicamente haber logrado avanzar más de un kilómetro en la zona de Bajmut, bastión controlado por las tropas rusas.
El Pentágono ha admitido que está monitoreando el aumento de los combates, pero evitó confirmar que se trate de la esperada gran contraofensiva del Ejército ucraniano para recuperar los territorios ocupados por las tropas rusas.
"Estamos monitoreando los informes sobre el aumento de los combates entre las fuerzas ucranianas y las rusas en varios lugares del frente de Ucrania. Pero dejemos que sean los ucranianos quienes califiquen estas operaciones", dijo en una rueda de prensa el portavoz del Pentágono, el general de brigada Pat Ryder.
El portavoz recordó que Rusia lleva meses reforzando sus defensas en preparación por una posible contraofensiva de Ucrania, pero aseguró que Estados Unidos no ha detectado por ahora de un despliegue significativo de nuevas tropas rusas en la zona.
Por su parte, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, ha informado de que el Ejército ucraniano intentó en vano romper las líneas defensivas rusas en cuatro sectores del frente en Zaporiyia con una brigada motorizada de 1.500 personas y 150 vehículos blindados. "Es el comienzo de la contraofensiva, que, sin duda, va a continuar", comentó Yevgueni Prigozhin, jefe del Grupo Wagner, en Telegram.
Según la Inteligencia británica, en la mayoría de sectores del frente el Ejército ucraniano cuenta con la iniciativa, a lo que hay que sumar el fracaso de las unidades de asalto chechenas para tomar la ciudad de Márinka, en las afueras de la ciudad de Donetsk.
A esto también contribuye el hecho de que el agua liberada por la presa inundó las posiciones defensivas rusas en la margen izquierda del Dniéper, lo que obligó a sus soldados a retirarse hasta 15 kilómetros, según Kiev.
A su vez, según el estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), también fueron arrasadas fortificaciones y campos de minas instalados por los rusos para impedir el contraataque ucraniano.
Según el Estado Mayor ucraniano, dos divisiones del Ejército ruso en la zona de Nueva Kajovka también sufrieron importantes bajas y perdieron armamento, vehículos y depósitos de munición debido al desbordamiento