Sueños filosóficos
Mariana Urquijo Reguera
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lacajadelostruenosyahooes/18/18/24
sábado 21 de marzo de 2009, 13:06h
Ayer me desperté y le dije a mi novio: ¡Otra pesadilla! Se preocupó y me preguntó si recordaba algún detalle. Primero miré a mi cielo como buscando un hilo desde donde empezar a tirar, pero cuando me acordé de algunas imágenes sentí algo entre la vergüenza y el pudor. Había soñado que él mismo, mi amor, me ponía los cuernos y aunque vivía conmigo se casaba con otra, más inocente, estupidina y volátil. Y cuando yo le pedía explicaciones después de enterarme y reunir fuerzas para no llorar durante un ratito, le pregunté que qué demonios estaba haciendo, después de las veces que me había dicho que me quería, todas las promesas y los gestos... Y su respuesta fue:
- No entiendo como sigues pensando que las palabras se utilizan para decir la verdad, creí que te habías enterado de que la verdad no existe y como comprenderás, no iba a dejar de hacer lo que me diera la santa gana....
La vergüencilla que me entró antes de contárselo no era porque él mismo fuera el protagonista de la traición sino porque la moraleja de esta parte del sueño es filosófica ¡me cachis! Un sueño sobre la retórica y la política pasada a las relaciones personales... ¡qué perverso...! La verdad hace ya mucho tiempo que dejó de ser una referencia unívoca a lo que las cosas son. La verdad no es sino un aspecto de la vida, de la realidad, aspecto al que durante algún tiempo le damos más valor o importancia. Y Santas Pascuas.
Pero el sueño seguía. Y esta vez era mi madre, sentada en su bello jardín, que desde una butaca, una frente a la otra, a veces muy cerca y cara a cara, otras secuencias lejos, cada una en una punta del jardín me decía:
- ¿Cuándo dejarás de escribir buscando soluciones al mundo?, ¿no te das cuenta de que la verdad no existe? ¿Y por qué tu propuesta para solucionar los problemas va a ser mejor que otra? ¿No te das cuenta de que no hay criterio?
La cuestión es que yo sí sé que la verdad se diluyó en la complejidad hace mucho, y que seguir pretendiendo que existe y que podemos dar con ella es una pérdida enorme de energía de todo tipo. Ahora bien, también sé que los criterios se pueden construir y consensuar, que si se sueña y se piensa se obtiene una utopía, y que es por ahí por donde se puede empezar a mejorar este mundo. Sueños y filosofía, las dos píldoras que nutren a la que escribe, sueños y filosofía que nutren las almas inquietas, sueños y filosofía que son los motores del cambio de la realidad y la vigilia, y que además, ¡oh! ventaja de las ventajas: ¡son gratis!
Filósofa, profesora e investigadora.
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