no quería perder el control sobre la información que llevaba
EEUU destruye el satélite espía que se dirigía a la Tierra
jueves 21 de febrero de 2008, 08:28h
La Marina estadounidense ha lanzado este jueves un misil táctico contra un satélite espía que se precipitaba hacia la Tierra, desde el buque "Lake Erie" situado en el Pacífico Norte. Según ha confirmado el propio Gobierno de los Estados Unidos, el misil ha alcanzado su objetivo. El Departamento de Defensa ha emitido un comunicado que dice: "Una red de sensores con base en la tierra, en el aire y el el mar confirman que el Ejército de los Estados Unidos han interceptado un satélite fuera de servicio de la Oficina de Reconocimiento Nacional que estaba en sus órbitas finales antes de que entrase en la atmósfera de la Tierra".
La destrucción del satélite fue ordenado por el presidente de EE.UU., George W. Bush, con la idea de que su tanque de combustible contenía gases tóxicos (hidracina) que al chocar con la atmósfera y diseminasen pueden representar un peligro para la población. "El misil ha sido lanzado y fue interceptado con éxito", indicó el Departamento de Defensa en una comunicado, y agregó que la operación se produjo poco después de las 22.30 hora local de Washington, 03.30 GMT. A su vez, el Pentágono aclaró que los datos sobre si se ha logrado impactar contra el tanque, de alrededor de 0,9 metros, no estarán disponibles hasta dentro de 24 horas.
El satélite conocido como "L-21" había sido puesto en órbita desde la base Vandenberg de la Fuerza Aérea en 2006. La Marina de EE.UU. disponía de un lapso de diez segundos para poder derribar hoy el aparato. En caso de fallar se hubiera llevado a cabo una segunda oportunidad en los días sucesivos, hasta el próximo 29 de febrero.
A lo largo de las últimas semanas las autoridades habían asegurado que existían pocas posibilidades de que los restos del satélite espía cayeran sobre zonas pobladas. En este sentido, el consejero asesor adjunto de Seguridad Nacional de EE.UU., James F. Jeffrey, advirtió recientemente que solo había una posibilidad remota de que el satélite se desplomara sobre Tierra, superara intacto la entrada en la atmósfera terrestre y diseminara gases tóxicos.
El Departamento de Defensa había esperado hasta el día de hoy para derribar el aparato, para no poner en peligro las labores de aterrizaje del transbordador Atlantis, que tras doce días de misión en la Estación Espacial Internacional (EEI) llegó esta mañana al Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral (Florida). A primera hora de hoy se temió no poder derribar el satélite, de 2.270 kilos, debido al alto oleaje reinante en el Pacífico Norte con olas de hasta dos metros, que finalmente no impidieron la operación.
La decisión final de disparar fue adoptada por el secretario de Defensa, Robert Gates, quien hoy viajó a Hawai para iniciar un periplo de nueve días por Asia.
El Gobierno de EE.UU. desembolsó unos 60 millones de dólares para poder llevar a cabo esta tarea, muy seguida por los medios de comunicación estadounidenses debido a la espectacularidad y la precisión requerida en la operación. Defensa recordó que la comunidad internacional fue avisada de que se llevará a cabo el derribo y las razones del mismo.
Mientras que el misil fue disparado desde el "Lake Erie", los buques "Decatur" y "Russell" acompañaron al primero. El "Decatur" ayudó en la trayectoria del "Lake Erie" y el "Russell" sirvió de apoyo. Una vez disparado tanto el misil táctico como el satélite, del tamaño de un autobús escolar, se dirigieron el uno hacia el otro a una velocidad de unos 35.000 kilómetros por hora.