Durante una ceremonia celebrada anoche (madrugada en España) en Fairbanks, Alaska, Palin cedió el testigo de la gobernación del estado a Sean Parnell. Acosada por la investigación judicial en su contra, las numerosas dudas sobre su coherencia ética y unos niveles de popularidad que caen en picado, aseguró que había tomado la decisión de abandonar el cargo en beneficio de los ciudadanos de Alaska.

Ante unas 1.000 personas, dijo sentirse en la obligación de evitar las "políticas infructuosas efectuadas en sesiones infructuosas" y añadió que podría hacer más por Alaska sin las limitaciones que supone ocupar la gobernación del estado.
"Con esta decisión tendré la capacidad de luchar con mayor fuerza por vosotros", indicó. La que fuese candidata a la vicepresidencia del país citó varias razones para explicar su dimisión: las cerca de veinte acusaciones de falta de ética en su contra, a las que calificó como "frívolas", su deseo de que no se la considere como una gobernadora "incapaz" y la de sentir una vocación "más alta".