Nobel de pacotilla
jueves 15 de octubre de 2009, 22:02h
¡Barack Obama es premio Nobel de la Paz! Wow! ¿Me pregunto por qué, por ser negro? (Y eso que ni siquiera es negro al 100%, sólo a medias.) Si se lo han dado por ser el primer presidente negro de los EE.UU., se lo hubiesen tenido que dar al pueblo americano, o más bien a todos aquellos que lo votaron, pues el mérito es de los votantes abiertos de mente y tolerantes (es lo que dice Obama ¿verdad? ¡Qué mono!)
Obama está tan de moda que da un poco de repelús; hasta nuestro desgraciado presidente Largo Zapatero, antes tan antiamericano, babea por él, y quizás por las noches, en secreto, cuando todos duermen, se vista de norteamericano y ante el espejo cante el National Anthem. El jurado del Nobel nos ha demostrado con esta elección que está en vogue, sabe lo que hacer para ser chic y estar al día; y también nos ha demostrado que ha debido de perder definitivamente el sentido crítico. Antes que Obama, el premio Nobel se lo merecen mil veces muchas otras personas.
¿Qué hará el Señor Presidente con todos esos cientos de miles de euros que van con el premio, me pregunto, o es que al premio de la paz no le dan pasta, como al de literatura? ¿Se los cederá a una fundación que ayuda a los niños negros pobres a educarse? ¿O se comprará algo chuli: un coche nuevo, o un bolso de Chanel para su mujer, o un equipo de ski nuevo para sus niñas?
Desde la adolescencia (y como finlandesa que soy) sé que los suecos son los reyes del buenismo, además desde hace décadas, son tan modernos que empezaron con ello 30 años antes que los españoles; pero he de admitir que esta muestra de buenismo adolescente y ñoño me ha sorprendido. También es bien sabido que a la hora de elegir premios Nobel las razones políticas, diplomáticas y morales han jugado un rol importante, pero me parece de mal gusto que Obama se lleve el Nobel de la Paz.
Bueno, quizás yo salga beneficiada, lo lógico después de este premio es que para el año que viene me den a mí el Nobel de Literatura, no por cualquier cosa, sino por ser una escritora pelirroja y pecosa, y además, ¡mujer (eso sí que está de moda)!… y con sólo una novela publicada (que jugará a mi favor sin duda alguna, a deducir por lo de Obama); aunque hay algo que me preocupa: soy caucasiana (o sea, blanca) ¡a ver si esto me va a perjudicar al final, y me quedo sin los cientos de miles de euritos ricos ricos!