¿Son los góticos una tribu urbana violenta?

En la actualidad, los góticos son una de las tribus urbanas más numerosas en España. La estética oscura que caracteriza a los que siguen esta moda cada vez cuenta con más adeptos entre los jóvenes. Son cientos o quizá miles los adolescentes españoles que admiran las ediciones vampíricas de Crepúsculo, la música de Tokio Hotel y las vestimentas negras.

Muchos padres asisten intrigados a la conversión de sus hijos en seres pálidos que sólo visten de negro y cuyo sueño es enamorarse de un vampiro. Sin embargo, esa intriga torna en miedo cuando los acontecimientos se vuelven más serios.

Es el caso de la trágica muerte de Cristina Martín de la Sierra en Seseña. La joven de 13 años murió de un golpe en la cabeza y desangrada por un corte en la muñeca, según revela la autopsia. En relación con el caso hay una chica de 14 años detenida como presunta autora del crimen. De origen cubano y corpulenta, a la asesina confesa le gustaba la estética gótica. La clave de este dato está en su perfil de “Tuenti”, ahora clausurado por la Guardia Civil, donde la niña exhibía fotografías en las que mostraba sus muñecas con cortes e imágenes plagadas de simbología relacionada con la muerte y la sangre.



Aunque la Ley del Menor protege a la presunta asesina de Cristina y los medios de comunicación no pueden mostrar de forma explícita su rostro, las fotografías de la joven corren ya como la pólvora por las redes sociales y páginas web.

Un hecho aislado
El contenido de su perfil en la red social y la frialdad con la que, al parecer, realizó la confesión del asesinato ha despertado interrogantes sobre esta tribu urbana.

A pesar de su llamativa forma de vestir y haber sido relacionada con el satanismo, lo cierto es quienes se identifican con esta estética no son peligrosos. El portavoz de la Unión Federal de Policías (UFP), Alfredo Perdiguero, explica a EL IMPARCIAL que en la Brigada Provincial de la Policía Judicial “no hay ningún grupo especializado en góticos porque son gente pacífica”. Lo mismo opina José Sánchez, profesor de Antropología Social de la UNED: “Los góticos no son peligrosos”. A su juicio, el crimen de Seseña “responde a un hecho aislado e individual” y afirma que “la sociedad suele etiquetar a los que cometen delitos y son diferentes como forma de exculpación”. Así, añade, “los padres, por ejemplo, respiran aliviados al pensar que sus hijos no son como este u otro delincuente”.

Perdiguero está de acuerdo con el profesor Sánchez cuando explica que “es cierto que visten de una forma rara y sienten una especie de adoración por lo oscuro; algo que, sin embargo, no les convierte en delincuentes”. Hay que tener en cuenta que no se deben buscar comportamientos extraños en las estéticas, “sino en las personas como individuos”, dice Sánchez, quien concluye que “no por llevar una cierto vestido vas a ser de una manera determinada”.