¿Es acaso Gadafi más sanguinario que Sadam Hussein?
martes 01 de marzo de 2011, 00:33h
Tanto el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas como la Unión Europea han impuesto sanciones a un régimen libio cada vez más aislado. Únicamente China -por temor a un efecto contagio- Nicaragua y Venezuela -por sintonía entre iguales- han mostrado alguna reserva pero, por lo demás, la comunidad internacional parece estar de acuerdo en que los días de Gadafi al frente de su país están contados. Se escuchan incluso algunas voces que hablan de una eventual intervención en el país norteafricano. Esas mismas voces cuestionan incluso la tardanza de la comunidad internacional a la hora de actuar militarmente contra Libia. En cambio, demonizaron abiertamente una operación semejante contra Sadam Hussein. Sabemos los costos de la intervención en Irak pero, ahora, estamos experimentando los costos –terribles también- de la no intervención en Libia. La realidad, pues, es algo más complicada de lo que muchos pensaban cuando vociferaban contra los responsables de la intervención contra Sadam-Hussein.
A toro pasado, es evidente que en Irak se cometieron innumerables errores. Pero, al menos, ahora hay un germen de estado que intenta regir su destino de manera democrática. Libia, sin embargo, lleva más de cuarenta años sometida a una brutal dictadura a manos de un tirano –no más sanguinario que Sadam Hussein- y que no está dudando en masacrar a su propio pueblo con tal de perpetuarse en el poder. Ese mismo tirano apoyó durante mucho tiempo el terrorismo internacional, no sólo económicamente, sino disponiendo una vasta red de campos de adiestramiento a lo largo del país. Pero, en cualquier caso, se trata de dos regímenes totalitarios y sanguinarios, con el petróleo como denominador común. En base a ello, habría que preguntar a aquellos que tanto criticaron la intervención en Irak, porqué ahora claman porque no se haga en Libia, cuando las semejanzas entre ambas dictaduras son más que evidentes.