La justicia tras la entente ETA-FARC
miércoles 09 de marzo de 2011, 00:15h
El procesamiento por parte del juez Eloy Velasco de los ex dirigentes de ETA Francisco Javier López Peña, “Thierry”, Mikel Carrera Sarobe, “Ata”, y Arturo Cubillas, por pertenencia a banda armada entre otros cargos, deja en evidencia a Hugo Chávez. Hay que recordar que el mandatario venezolano siempre negó tanto las conexiones entre ETA y sus “hermanos” de las FARC, como que dichas conexiones fuesen auspiciadas y tuteladas desde Caracas. Si ya había un importante arsenal probatorio -documentos, testimonios de arrepentidos y guerrilleros capturados, grabaciones-, las diligencias practicadas a instancias de la Audiencia Nacional inciden si cabe aún más en una evidencia tan palmaria como intolerable: las vinculaciones de Hugo Chávez con el terrorismo de las FARC y ETA. Además, la detención ayer de Gregorio Jiménez, “Pistolas”, participante en el atentado contra José María Aznar y con una dilatada trayectoria en Latinoamérica puede aportar aún más evidencias al caso.
El propio Chávez ha defendido -y aún defiende- de forma numantina a un personaje como Arturo Cubillas al que incluso llegó a conceder la ciudadanía venezolana y un cargo oficial para evitar su extradición. Cubillas es el hombre de ETA en Latinoamérica. Su relevancia dentro de la banda es considerable. Por eso, el hecho que el juez Eloy Velasco le procese junto a dos de los principales dirigentes etarras obliga al gobierno español a demandar una explicación urgente y, al venezolano, a satisfacer la demanda de la justicia, en lugar de obstruirla.