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crónica cultural

Exposición en Fez del fotógrafo José Haro

martes 20 de septiembre de 2011, 16:24h
Se inaugura en Fez, en el Instituto Cervantes, la exposición Los invisibles. Una mirada a la trastienda del cine español, un conjunto de fotografías de José Haro. Además, el escritor francés David Foenkinos, autor de La Delicadeza, publica en Francia nueva obra: Los Recuerdos.
Ver el cine a través de imágenes escogidas revela su intensidad máxima. Así lo hace José Haro (Madrid, 1973), que con sus fotografías ofrece un recorrido por diversas películas contemporáneas españolas donde la mirada se fija en aquellas imágenes que escapan a la cámara y, por tanto, al ojo del espectador. El fotógrafo español en Fez estos días, dentro del Instituto Cervantes, ha recibido números premios internacionales y publica sus fotografías en diversos medios de comunicación. Ha trabajado con Julian Schnabel en su largometraje MIRAL. Esta exposición cuenta en imágenes el backstage de más de 10 películas españolas, entre las que destacan producciones como Alatriste, Transsiberian, Fuera de carta o Celda 211.

Situaciones, oficios y espacios cinematográficos que no suelen aparecer en el resultado final, una visión menos glamourosa del séptimo arte pero llena de situaciones anecdóticas de gran interés para los aficionados al cine. Son rostros, momentos de todos los técnicos y los extras que hacen posible la magia del cine. Se visitan cuatro espacios diferentes para dar cuerpo a esta idea: Los invisibles o sus sombras, Los invisibles visibles, Figuras, figurines, figurantes y De paso.




El escritor francés David Foenkinos, que cautivó el público español hace unos meses con su novela La Delicadeza (Seix Barral) sobre la vida de una joven que acababa de perder al que creía el amor de su vida, vuelve a dar un vuelco a los corazones con Les Souvenirs (Los Recuerdos), su novela más reciente y que acaba de salir en Francia.

“Vivir es obstinarse a terminar un recuerdo”, decía el poeta René Char. Aquí el autor retoma este verso, lo ilustra, lo ordena y numera como esos momentos que han marcado su existencia. Desde el encuentro con sus padres a la huida de su abuela de la residencia de ancianos, del nacimiento del amor al de su primer hijo, nos conduce, con la delicadeza y precisión e sus palabras, hacia un recorrido vital.

Con La Delicadeza, Foenkinos nos situaba en París, al borde del abismo. Nathalie ve cómo en un instante su vida deja de tener sentido. Hasta que, poco a poco, renace la esperanza y la imaginación. Una novela sin un ápice de sentimentalismo ni dramatismo, fue finalista en su país de los grandes premios literarios y ha ganado, aparte, otros diez más. Fue el éxito más grande en Francia cuando salió. Escrita por pequeños capítulos, entre las escenas y las anécdotas, la novela es divertida y gustará a todo tipo de lectores.
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