Visitar la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando siempre resulta gratificante. Es así porque no es una institución en la que haya que esperar colas para comprar una entrada ni pelearse por contemplar con detenimiento las obras que alberga. Adentrarse en sus salas resulta, pues, una experiencia de la que poca gente toma partido. Con motivo de la exposición sobre el Barroco que ha organizado hasta el 20 de noviembre, su vista merece, si cabe, más la pena. Estas son las claves de esta muestra.
Un total de 46 lienzos del Barroco pertenecientes al escenógrafo italiano Pier Luigi Pizzi, nacido en Milán en 1930, se exponen desde hace unos días en la
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, institución de gran interés que, sin embargo, no cuenta con la misma promoción que otros museos ni con la misma cantidad de público que la visite.

San Sebastián cuidado por Irene, del artista conocido como Maestro de la luz de la vela
Durante un mes, el señorial edificio de la calle Alcalá donde se ubica este museo acoge una exposición en la que ha sido incluida una selección de obras de los mejores representantes de esta corriente artística, en la que es posible apreciar de qué modo los sentimientos y las pasiones impregnan los lienzos de autores como Ribera,
Luca Giordano, el Guercino o
Guido Reni.
La visita de esta muestra resulta interesante por engrosar la ya abultada oferta artística madrileña, pero también, y sobre todo, porque se trata de la primera ocasión en la que estas obras de la
colección Pizzi abandonan su residencia en Venecia, ya que antes sólo se habían expuesto algunas en ciudades como Pésaro o Parma.

Con el título
El Barroco. Teatro de las Pasiones, sus organizadores han querido reflejar la escena representativa tan auténtica que se dio en aquel periodo enmarcado en el siglo XVII; en unos años en los que primaron los elementos dramáticos, así como el arte figurativo, en el que el episodio del
martirio de San Sebastián cobró especial interés. La historia de este soldado, que vivió en el siglo III, sirvió a los artistas del Barroco para ahondar en el dolor. El ensañamiento que padeció este santo, quien fue desnudado, atado a un poste y acribillado a flechazos hasta que fue dado por muerto, reunió la esencia de los temas que investigaron los artistas del siglo XVII: la desnudez y el
drama.
Así lo reflejan los
diez retratos del santo reunidos en esta exposición, en la que figuran ejemplos firmados por Giuseppe Maria Crespi, Pietro della Vecchia, Antonio de Bellis, Luca Giordano o Guido Reni, cuyo lienzo se erige como protagonista absoluto.
Pero no todos los artistas del Barroco interpretaron los hechos de la misma manera. La exposición de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando permite percatarse de este detalle. Para unos, San Sebastián mira al cielo pidiendo, quizá,
clemencia, mientras que, para otros, su mirada se dirige al suelo en lo que se vislumbra como un
gesto de resignación y de abandono al destino. Comparten todos ellos un interés manifiesto por indagar en la desnudez del representado, que se estremece o languidece ante el impacto de las flechas que atraviesan su malogrado cuerpo. En unas obras, sangra; en otras, no. Visiones dispares, en definitiva, que comparten una característica común:
ahondar en el dolor y en el drama.

Este tema no fue, sin embargo, el único en atraer la atención de los talleres de la época, que comenzaban a abandonar el clasicismo en pro del naturalismo. Se recuperó, por ejemplo, el bodegón mientras que la pintura arquitectónica ganó terreno. Ejemplos de una y otra temática han sido reunidos en esta muestra, en la que no faltan lienzos sobre episodios mitológicos, como
Dioniso adolescente, de Giulio Cesare Procaccini o
Amor místico, de
Giuseppe Mario Crespi, ni bíblicos como
San Francisco, atribuido a Theodor van Baburen,
Magdalena penitente, de Giocchino Assereto, o
Martirio de Santa Inés, de
Francesco del Cairo.
Información sobre la exposición:Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
El Barroco. Teatro de las PasionesDel 20 de octubre al 20 de noviembre.