CRÓNICA RELIGIOSA
El Papa lloró en Asís. Sus lágrimas estaban en su corazón. La tragedia de Lampedusa y los últimos acontecimientos vividos fuera y dentro de la Iglesia hacen que las palabras de este Pontífice sean cada vez más necesarias: “Nos dirigimos a ti, Francisco, y te pedimos: enséñanos a ser instrumentos de la paz, de la paz que tiene su fuente en Dios, la paz que nos ha traído el Señor Jesús”.