reseña
Gay Talese: Retratos y encuentros
sábado 25 de septiembre de 2010, 00:19h
Gay Talese: Retratos y encuentros. Traducción de Carlos José Restrepo. Alfaguara. Madrid, 2010. 312 páginas. 19,50 €
Cuando Tom Wolfe leyó en 1962 “Joe Luis: el rey en su madurez”, el artículo sobre el campeón de boxeo de los pesos pesados que Gay Talese publicó en la revista Squire –uno de sus primeros textos–, tuvo claro que este periodista de prosa poética, que pintaba cuadros y retratos certeros de sus personajes como el mejor de los pintores renacentistas, utilizando las palabras como trazos y la sintaxis como pincel, iba a ser uno de los nombres clave, junto con Capote, Mailer o Thompson, de lo que se conoce como “nuevo periodismo” (new journalism). Este llamado “nuevo periodismo” consiste en una visión literaria de la realidad, una construcción exquisita de cada artículo periodístico, sin menoscabo de su objetividad y respeto por la verdad.
Por supuesto, “Joe Luis: el rey en su madurez”, es uno de los textos que se incluyen en Retratos y encuentros, una antología de los mejores artículos de Talese que, más que una serie de reportajes, parece un libro de relatos que podrían ser de ficción. Y es que en él, iconos de la cultura y la política del siglo XX como Frank Sinatra, Mohamed Alí, Peter O’Toole o John F. Kennedy se convierten por arte de magia en personajes literarios, protagonistas de historias reales, que los retratan certeramente, gracias a una escritura digna de un maestro y a una sensibilidad e intuición con las que Gay Talese convierte en hechos excepcionales los detalles que normalmente pasan desapercibidos. El primer capítulo del libro, “Nueva York, la ciudad de las cosas inadvertidas”, es una buena definición del estilo de Talese, que sabe ver lo que los demás no ven y construir historias maravillosas con los detalles más inadvertidos.
En su celebrado “Frank Sinatra está resfriado”, el periodista desgrana un fabuloso retrato de un maduro Sinatra, a través de anécdotas familiares, de guiños a su círculo. Sin moralinas absurdas ni endiosamientos fuera de lugar, Talese consigue, respetando las reglas básicas del periodismo, convertir al cantante italoamericano en el protagonista de un cuento, su propio cuento. Con su prosa literaria lo aleja de la realidad, paradójicamente, haciéndolo aún más real. La clave reside en ver más allá de los focos y el merchandising para mostrarnos a un Sinatra solitario y arbitrario, amigo de sus amigos pero enemigo feroz de quienes no lo son. Y, sobre todo, un Sinatra que, como el resto de la humanidad, incluido el elenco de personajes que retrata y con los que se encuentra Gay Talese, sufre resfriados.
Por Regina Martínez Idarreta