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Crónica cultural

Restauración de [i]La conversión de San Pablo[/i] de Juan Bautista Maíno en el MNAC

jueves 26 de julio de 2012, 17:17h
La fondation BNP Parisbas, ha hecho posible la restauración de una pintura religiosa del pintor barroco Juan Bautista Maíno que ahora se puede ver en la colección permanente del MNAC. Y, por último, Bryce Echenique acaba de publicar Dándole pena a la tristeza, una obra sobre la decadencia de la aristocracia limeña. Por Jacinta Cremades
Desde la reapertura del Museo Nacional de Arte en Cataluña (MNAC), en el año 2004, ha sido el magnífico conjunto de obras medievales lo que le ha otorgado mayor prestigio internacional. Una de las labores que hace como los demás museos es potenciar la investigación a diferentes técnicos para la restauración de las obras que el museo va adquiriendo.

Gracias a la labor que Fondation BNP Paribas está llevando a cabo para preservar y dar a conocer obras representativas de museos de todo el mundo, más de 200 a día de hoy, se ha podido rescatar una de las obras más emblemáticas del MNAC por ser de dudosa pertenencia autorial hasta el momento, La conversión de san Pablo. Las tareas de limpieza y restauración han permitido profundizar en su estudio y atribuir la pintura al artista barroco Juan Bautista Maíno.

La obra en cuestión fue adquirida por el Museo en 1952 por el que por aquel entonces lo dirigía Joan Ainaud de Lasarte. Se pensaba que la obra debía pertenecer al pintor José Vergara (1726-1799), pero el director no quedó convencido y sugirió, aunque sin llegar a mencionarlo, el nombre de Orazio Gentilheshi (1563-1639). No se equivocaba en las fechas, pero si claramente en el artista.

Fue gracias a esta restauración que se descubrió su verdadera autoría, el pintor de Pastrana (Guadalajara) Jean Bautista Maíno (1581-1649). Maíno es uno de los pintores más innovadores de la primera mitad del siglo XVII. El cuadro muestra la deuda contraída con la pintura italiana y, particularmente, con el ambiente romano, en cuya ciudad el mismo pintor español vivió entre 1605 y 1610. De hecho, parece ser el propio Caravaggio su mayor fuente de inspiración, en el tratamiento del cabello de los ángeles, por ejemplo, o en el severo rostro de Jesús. La creación del cuadro se sitúa en torno al 1612. La obra se puede ver ahora colgada en la colección permanente del Museo.

Y, por último, Bryce Echenique (Perú, 1939), acaba de publicar Dándole pena a la tristeza, libro en el que el escritor peruano recrea pasajes de su infancia y las vivencias de su abuelo, el banquero Francisco Echenique. En ella, hace el retrato de una familia aristocrática limeña que vive en una vorágine de lujo, decadencia y odios, y que acabará por destruirse. Para recrear esta novela, Alfredo Bryce investigó en muchos libros de historia, y en la biografía de las familias peruanas más pudientes. Está trabajando ya en el tercer volumen de sus antimemorias, que llevará por título Arrabal de senectud, en homenaje a Quevedo.
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