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NACE MIRACLE

Una start up española, primera plataforma de ‘milagros’ 2.0

Laura Crespo
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lauracrespoelimparciales/12/5/12/24
martes 14 de enero de 2014, 13:03h
Un creativo español ha diseñado una plataforma web de 'milagros' modernos, Miracle, que busca la solución de problemas colectivos cotidianos a partir de aportaciones individuales. El barcelonés afincado en México Nicko Nogués pretende eliminar la tradicional asimilación entre solidaridad y caridad, bajo el convencimiento de que ayudar a los demás nos hace felices y puede ser una forma más de entretenimiento, con sus respectivas 'tarifas' y unos beneficios que permitan la continuidad. Pagar para experimentar el subidón de endorfinas que supone ayudar a los demás, un nuevo concepto empresarial que nace sin complejos y que Nogués explica en una entrevista con El Imparcial.
Despojado de sus clásicas connotaciones religiosas y revestido de esa pátina de unos y ceros que es hoy condición sine qua non para la existencia misma, el milagro se reinventa. La start up Miracle nace para popularizar el ‘milagro’ 2.0, otra democratización digital de un concepto, hasta ahora, anquilosado. El emprendedor Nicko Nogués, un creativo barcelonés afincado desde hace dos años en México, cree que los milagros del siglo XXI los hace la gente corriente y ha diseñado una plataforma web que está ya sirviendo de escenario para demostrarlo.

Miraclesurge como una alternativa al modelo tradicional de ONG, porque la humanidad evoluciona y, con nosotros, también lo hacen nuestros problemas”, explica a El Imparcial el creador de la nueva plataforma, quien, sin menospreciar el “gran trabajo” que hacen este tipo de organismos, opina que “siempre se han ocupado de los mismos problemas, tan enormes que acaban por parecernos irresolubles a la mayoría de los mortales”.

Mientras dejan trabajar a ‘los grandes’ contra males transversales en tiempo y espacio al ser humano, como los conflictos armados o el calentamiento global, el equipo de Miracle se dirige a un nicho más cotidiano de problemas que necesitan de un milagro moderno. “Creemos que hay problemas mucho más tangibles en un mundo cada vez más conectado, cosas cotidianas pero no por eso menos importantes”, explica Nogués, para quien estas cuestiones “están ahí, se ven todos los días y parece que nadie las atiende”.

El “activista creativo”, tal y como se define Nogués, invita a los ciudadanos a “suscribirse al bien” para hacer ‘milagros’, “igual que se suscriben a páginas para escuchar música o ver películas”. De momento, son dos los ‘milagros’ a los que uno puede hacer una contribución, dos proyectos anteriores de Nogués: ‘Vete’ y ‘Humanity. El primero consiste en ayudar a personas que necesitan emigrar, en acabar con “la desilusión de vivir en un sitio en donde sientes que no puedes dedicarte a aquello para lo que te has preparado”. En el segundo, a través un programa de 21 días de ejercicios poco convencionales, pretende combatir “la falta de humanidad en las ciudades en las que vivimos”.

Con un mes de vida, 5.000 suscriptores y 6.000 amigos y seguidores en las redes sociales, Miracle se prepara para crecer y ya ha puesto el cartel de ‘próximamente’ en dos nuevos proyectos solidarios. Poco se sabe de los dos nuevos ‘milagros’, sólo que se regirán bajo la filosofía personal que Nogués clama: “Hacer es the new decir”.

“Buscamos menos palabras y más hechos porque creemos que indignarse no debería ser el fin de nada, sino el principio de algo que te lleve a la acción individual para desde allí resolver un problema que nos afecta como colectivo”, explica y asegura que huyen enérgicamente de convertirse “en un vertedero de quejas”. Para el equipo de Miracle, “ocuparte de tu propio contexto es la mejor manera de mejorar el de los demás”.

Entretenimiento
La visión de negocio de Miracle se basa en enfocar la solidaridad desde el recreo. “Está demostrado que hacer el bien te produce los mayores índices de felicidad que cualquier otro entretenimiento, así como niveles de endorfinas muy similares, sólo que nadie nos lo había dicho”, asegura el creativo. Por eso, igual que otras plataformas online ofrecen un catálogo de películas o canciones a sus usuarios, Miracle ofrece un abanico de ‘milagros’, entendidos como soluciones a esos problemas tangibles y corrientes que afectan a buena parte de las sociedades contemporáneas. Y para acceder a algunas secciones de ese catálogo, claro, hay que pagar.

Como también ocurre en las ONG convencionales, el componente económico no deja de ser polémico. No es fácil abstraerse de lo culturalmente asimilado y entender el concepto de solidaridad como un acto de esparcimiento con precio incluido, como un concierto o una película. “Hay muchos problemas que resolver y eso cuesta mucho dinero”, defiende Nogués y explica que quieren alejarse “por completo del tono de pena y la percepción de caridad” e invitar a la gente a “suscribirse al bien para disfrutar ayudando, no para dar limosna”.

El creativo barcelonés pone los pies en la tierra. “Hacer el bien debe ser sustentable desde un punto de vista económico; lo contrario es caridad y la caridad es insostenible porque es limitada”, dice y razona que “si hay empresas y personas que se lucran generando problemas es igual de lícito y necesario que hayan otras que generen ingresos haciendo justamente lo contrario: aportar soluciones”.

Según explica Nogués, Miracle generará sus principales ingresos a partir de “compañías que estén preparadas para llevar su responsabilidad social corporativa al siguiente nivel, empezando a construir un legado para sus consumidores”, algo que a su juicio “no se logra con publicidad, sino con hechos”. Así, su equipo pretende proponer y diseñar “milagros a medida” de cada empresa, “que solucionen problemas que de verdad sean relevantes para sus consumidores”.

“Si esas grandes empresas quieren vender más, deberán preocuparse porque quienes les compran sus productos estén cada vez mejor, o tengan como mínimo unas condiciones aceptables que les permitan comprar dichos productos”, expone el creador de Miracle y resume: “En otras palabras, las empresas deberán preocuparse cada vez más por ayudar a aumentar la calidad de vida de las personas”.

En su afán por desmarcarse de lo que todo el mundo entiende hoy por ONG y, al mismo tiempo, sosegar los recelos que probablemente incite un desconocido Miracle, el equipo creativo del proyecto proclama la transparencia como norma suprema. “En Miracle puedes ver exactamente dónde va tu dinero y qué ‘milagros’ lograste hacer realidad”, asegura el barcelonés.

Los impulsores de Miracle no lo tienen especialmente fácil: cambiar un concepto históricamente arraigado, convencer de que la filantropía puede tener un carácter lúdico y transferir normalidad al hecho de que la solidaridad reporte beneficios económicos a quienes la promueven. ¿No es delicado o peligroso unir abiertamente publicidad, imagen y altruismo? “No, lo peligroso es quedarse de brazos cruzados pensando que un Obama te va a arreglar la vida y toparte con un Rajoy que te la jode”, termina.
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