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DISTINTAS CRISIS MIGRATORIAS AFECTAN A COLOMBIA, EEUU, TURQUÍA O TAILANDIA, ENTRE OTROS

El drama de las fronteras no es sólo un problema europeo

El drama de las fronteras no es sólo un problema europeo
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viernes 28 de agosto de 2015, 15:47h
El drama hunamitario que ha supuesto la llegada en masa de refugiados e inmigrantes al Mediterráneo y el este de la Unión Europea ha puesto el foco informativo sobre este problema de magnitudes colosales. Sin embargo, no sólo el territorio comunitario debe afrontar esta problemática, pues otros territorios también afrontan crisis de origen similar en América o Asia.

Vallas, muros, fosos, controles, cercados… En los últimos meses, y especialmente en las últimas tres semanas, las fronteras se han convertido en conflictivo, y a su vez dramático, protagonista de la actualidad.

A veces por hambre, otras por guerras y otras por pura desesperación, centenares de miles de personas de los cinco continentes se encuentran en alguna etapa de su particular éxodo.

Desde las aguas del Mediterráneo hasta las llanuras ucranianas, pasando por la selva amazónica o el desierto mexicano, miles de kilómetros de frontera son protagonistas de cómo el ser humano es capaz de casi cualquier cosa, de lo bueno y de lo malo, en busca de una vida mejor.

Estos son algunas de esos pasos fronterizos que se han convertido en tristes protagonistas del día a día por la tensión que en ellos se vive:

El Mediterráneo
Las últimas cifras hablan de más de 2.500 personas fallecidas en sus aguas en lo que va de año de un total de 322.914 que han cruzado en lo que llevamos de 2015 el Mediterráneo, cien mil más que en todo 2014, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

La frontera sur de la Unión Europea, en especial la que atañe a Italia y Malta, es el objetivo de decenas de miles de personas que aguardan en Libia y Túnez a poder embarcarse en precarias embarcaciones, donde se hacinan hasta medio millar de seres humanos, para lograr cruzar el mar.

Las mafias controlan el negocio, cuya tarifa puede llegar a alcanzar varios miles de euros, y los riesgos son cada vez mayores. El incremento de los mecanismos de vigilancia por parte de las patrullas ha provocado que los indocumentados no sólo se atrevan a echarse a la mar en primavera y en verano, época con aguas más calmadas, sino que también se arriesgan con el otoño, lo que multiplica las posibilidades de que naufraguen.

El Estrecho
Tradicional vía de entrada de indocumentados, el refuerzo de las medidas de seguridad y vigilancia, así como una mayor colaboración entre las autoridades españolas y marroquíes, ha provocado que la tensión en el Estrecho haya disminuido en los últimos meses.

Sin embargo, periódicos asaltos a la valla, que ha sufrido varias remodelaciones para hacerla más inaccesible, se suceden, aunque cada vez son menos los inmigrantes ilegales que logran cruzarla, por lo que se decantan por las pateras o intentar otras rutas.

A nuestro país han llegado por mar 2.166 personas en lo que va de 2015, muy lejos de las cifras que registran Grecia (209.457) o Italia (111.197).

Los Balcanes
Lo que se ha llamado 'la nueva crisis de los Balcanes' no es sino otra ruta de entrada a la Unión Europea que tiene como origen el mismo problema que el Mediterráneo. Entre 2.000 y 3.000 refugiados cruzan cada día la frontera de Serbia y Hungría provenientes de Grecia y Turquía en lo que es, no sólo un grave problema humanitario, sino un colapso de los mecanismos comunitarios para abordar este tipo de situaciones.

Las casi cien mil personas que han llegado a lo largo de este año al estado magiar han desbordado a las autoridades locales, que han decidido levantar un muro de cuchillas de dos metros de alto para intentar contener la oleada de gente que cada día llega hasta su frontera camino de Alemania, Austria, Suecia o Francia. La mayoría proviene de Siria, aunque también los hay que llegan desde Paquistán, Eritrea, Sudán o Afganistán, lo que ya ha empezado a dejar graves altercados entre comunidades que rivalizan por los pocos recursos que se encuentran en los centros de acogida.

Mientras, la incesante llegada de personas acrecenta el drama día a día. Hungría culpa a Bruselas de no ayudar lo suficiente para encontrar una solución. La UE ha destinado la insuficiente cantidad de 1,5 millones de euros para solventar la situación mientras espera a que los países miembros acaben de acordar una postura común sobre el reparto de refugiados.

Turquía
El país otomano se ha convertido en el cuello de botella en el que confluyen las rutas migratorias desde Oriente Medio y Asia camino de Europea. Decenas de miles de personas han cruzado la frontera turca desde Siria, Iraq o Irán en lo que es el penúltimo paso de su éxodo camino del Viejo Continente.

Las autoridades turcas se han mostrado impasibles ante el coladero que ha sido durante meses los límites de su territorio soberano en ambas direcciones. Los horrores y la violencia de la guerra civil en Siria, acrecentados por la irrupción de Estado Islámico, y el caos en el que ha caído Iraq provocó una oleada de refugiados sin precedentes en el país. Sin embargo, Ankara fue cómplice durante semanas de la llegada masiva de milicianos yihadistas para engrosar las listas de ISIS con tal de debilitar el régimen de Al Assad.

Ahora, con el daño ya hecho, el Gobierno de Recep Tayip Erdogan, que afronta muchos frentes abiertos, como la convocatoria de elecciones anticipadas o el recrudecimiento de los combates con las tropas kurdas del PKK, trata de minimizar daños y ha restringido el paso de personas a través de sus controles fronterizos.

Ucrania
El conflicto en el este de Ucrania también ha traido consigo, además de los 7.000 muertos contabilizados hasta la fecha, una crisis de desplazados por la violencia. Hace unos días, el jefe del Ejecutivo ucraniano, Petro Poroshenko, se reunía con la canciller Angela Merkel para solicitar asistencia para las decenas de miles de personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares en las regiones separatistas de Lugansk y Donetsk en busca de un lugar donde poder asentarse en paz.

El comisario europeo de Vecindad, Johannes Hahn, denunciaba este pasado jueves que al menos 20 millones de personas esperaban en los países colindantes con la Unión Europea para poder entrar. Entre estos estados nombraba a Ucrania, cuya situación sociopolítica no ha mejorado tras meses de tensiones con los separatistas prorrusos.

Se calcula que sólo en la provincia de Rostov se han producido 40.000 refugiados por los combates, una cifra que podría cuadriplicarse contando todos los afectados. Sin embargo, fuentes del Gobierno ruso aseguran que hasta un millón de personas han entrado en el país huyendo del conflicto.

Venezuela-Colombia
La frontera entre ambos países se encuentra bajo estado de emergencia después de que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, decidiera clausurar los pasos y desplegar a millares de policías y soldados. El motivo son las acusaciones cruzadas entre Bogotá y Caracas de connivencia con los contrabandistas y narcotraficantes.

Sin embargo, el verdadero drama se vive entre los centenares de colombianos que, de la noche a la mañana, han sido obligados a abandonar sus casas en Venezuela al ser expulsados. En los últimos días, más de 1.100 ciudadanos colombianos que hasta ahora vivían en Venezuela han sido deportados y al menos 4.200 les han seguido y han abandonado sus hogares ante el temor de ser también movilizados por la fuerza.

La precariedad de su situación y los abusos a los que están siendo sometidos por las autoridades venezolanas, que les expropian sus terrenos y sus pertenencias, han obligado a Naciones Unidas atomar cartas en el asunto e intervenir, lo que ha elevado el nivel de tensión entre ambos países, ya normalmente alto, pero que ha llegado a desembocar en sendas llamadas a consultas de sus embajadores.

Mientras, centenares de personas soportan el calor tropical con lo poco que han podido cargar encima y subsistiendo de la caridad y la ayuda del Gobierno colombiano, fuertemente criticado por la opinión pública por la supuesta “tibieza” con la que ha abordado la disputa con el régimen de Maduro.

Estados Unidos-México
Si bien la tensión en la frontera que separa los dos países no ha ido más allá de la habitual, la polémica viene de las declaraciones realizadas por Donald Trump, candidato a las primarias republicanas. El magnate estadounidense anunció hace unas semanas que, de ganar las presidenciales del año que viene, haría construir un muro de 3.145 kilómetros de largo, para evitar la entrada de ilegales. La propuesta no queda ahí, sino que también aseguró que obligaría a las autoridades mexicanas a financiar el proyecto como parte de una “deuda histórica” que tienen con sus vecinos del norte.

La polémica, más allá del coste que supondría semejante construcción, se ha disparado al decir Trump que los mexicanos que llegan hasta Estados Unidos “son violentos y violadores” y que no le temblará el pulso en expulsar del país a los once millones de indocumentados que en estos momentos viven en EEUU.

Sudeste asiático
En mayo de este año, alrededor de 140.000 personas pertenecientes a la etnia rohingya, una vertiente del islam frecuente en Myanmar, donde son considerados ciudadanos de segunda, se vieron obligadas a emigrar debido a la presión religiosa y a la extrema pobreza en la que viven.

Decenas de miles de personas se echaron al Mar de Andamán, unas 25.000 en manos de traficantes de seres humanos locales, con el objetivo de llegar a Malasia, Indonesia y Tailandia. En el viaje, Naciones Unidas calcula que unas 400 personas perdieron la vida.

Presionadas por la comunidad internacional, las autoridades malayas, indonesias y, sobre todo, las tailandeses, se vieron obligadas a proporcionar albergues y ayuda humanitaria a la oleada de rohingyas que llegaron a sus costas. En la actualidad han sido reubicados en campamentos temporales en busca de una solución a largo plazo.

India-Paquistán
Este año, India conmemora el 50 aniversario de la guerra que libró en 1965 con su vecino Paquistán. Las disputas fronterizas entre ambas potencias atómicas, sobre todo en lo tocante a la región de Cachemira, han sido recurrentes y tienen sus picos de tensión cada cierto tiempo.

Si bien hace ya meses que la tensión parece durmiente, enfrentamientos armados como los sucedidos esta semana le recuerdan al mundo lo volátil que es la región.

Al menos once civiles resultaron muertos y decenas heridas (al menos una veintena eran mujeres) por el fuego abierto en la línea fronteriza de la región oriental de Punyab. Las circunstancias en las que se produjo el tiroteo no están del todo claras, y tanto India como Paquistán acusan al otro de ser el causante de los disparos.

Ambas potencias se encuentran en un ciclo de conferencias de paz para normalizar sus relaciones, especialmente en lo tocante a la seguridad en las regiones colindantes, aunque el último contacto, previsto para el pasado fin de semana, fue cancelado a última hora, lo que suscitó acusaciones entre ambas partes que han llegado hasta las calles.

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