En pleno verano, en un agosto nada habitual, la Navidad ha tomado la actualidad política. Todo empezó cuando Ana Pastor anunció la fecha del debate de investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, que tendrá lugar el próximo martes, 30 de agosto, a partir de las 16:00.
“Si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones”, reza la Constitución en su artículo 99.5. Y esa primera votación será el miércoles, 31 de agosto. Es decir, con un calendario en una mano y la Carta Magna en la otra, las fechas nos llevan a situar unas terceras elecciones, si fueran necesarias, en el 25 de diciembre.
"Vergüenza" y "amenaza velada" que "dice mucho de Rajoy"
Si la próxima semana el Congreso no inviste presidente del Gobierno, se habrá puesto en marcha el conocido como “reloj de la democracia”. Empezarán a contar entonces dos meses para que alguien logre el respaldo de la Cámara Baja. Puede ser Rajoy o cualquier otro candidato. Si el 31 de octubre (dos meses después de la primera votación) todo sigue igual, Felipe VI firmará el decreto de disolución de las Cortes y llamará de nuevo a las urnas. Esa cita tendría lugar 54 días después. Esto es, el 25 de diciembre, una de las fechas más simbólicas del calendario: el día de Navidad. Y de comidas familiares, reencuentros y regalos.
El PP tendría que votar a favor del cambio de la LOREG
La solución pasaría por una reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) para acortar dicha campaña, con lo que los comicios se celebrarían el domingo 18 de diciembre en vez del 25.
En esa línea se ha manifestado Óscar López. Aunque el portavoz del PSOE en el Senado dice que su formación “no quiere elecciones”, considera “razonable” y “de sentido común” estudiar la forma de “enmendar la chapuza o la burrada que ha hecho Rajoy”. Según López, unas elecciones el 25 de diciembre son una “salvajada”.
Por su parte, la vicepresidenta segunda del Congreso defiende que ahora “no toca” pensar en ese escenario: “El PSOE en este momento está en la investidura”, dice Micaela Navarro, que asegura que “el PSOE quiere que se forme Gobierno” y reconoce que desde la Cámara Baja se le ha preguntado a su presidenta, Ana Pastor, “si alguien había pensado” en qué fecha desembocaría que la investidura volviera a fallar en esta XII legislatura.
Otro socialista en el Congreso, Juan Luis Gordo, ha explicado “no contemplar” el escenario de unos terceros comicios, por lo que es de la opinión de que “no estamos en el tiempo” de plantear una reforma de la LOREG.
En cualquier caso, y si finalmente el PSOE da el paso, la tramitación parlamentaria no será fácil. Al tratarse de una ley orgánica, el artículo 51 de la LOREG solo podría ser cambiado con el apoyo de una mayoría absoluta (176 diputados). Es decir, requiere la voluntad de otros grupos, incluido el PP, que tendría capacidad para bloquear la reforma. Y entonces España, si necesitara unas nuevas elecciones generales, votaría el día de Navidad.
“Lo que es seguro es que el 25 de diciembre nunca será el 25D. Ya lo arreglarán para no tener que votar ese día”, ha escrito en su blog el socialista Guillermo Fernández Vara. El presidente de Extremadura es, precisamente, uno de los más firmes defensores de que su partido opte por una abstención para que España se ponga en marcha y su partido se rearme desde la oposición.
De momento, el calendario sigue su curso. La próxima semana, Mariano Rajoy se somete al debate de investidura y a las dos primeras votaciones. A partir de ahí, si no logra su cometido, empezaremos a contar dos meses desde el miércoles 31 de agosto (día de la primera votación, en la que necesita mayoría absoluta). Si el 31 de octubre a las 23:59 España sigue con el Gobierno en funciones, el Rey disolverá las Cortes y convocará elecciones.