Hace solo unos meses, el pasado mayo, la familia pidió el cambio de centro de estudios, que fue aceptado, con lo que la joven dejó el instituto Ingeniero Juan de la Cierva, localizado en Patiño, y fue matriculada en el centro Licenciado Francisco Cascales, ubicado en la capital murciana. De hecho, este último centro tenía activado un protocolo de seguimiento del caso.
Pero de nada ha servido. Lucía, que así se llamaba la víctima, decidió acabar con su vida desesperada por el acoso que sufría desde hacía años. No obstante, la Policía no tenía constancia de la situación hasta el fallecimiento, ya que no se había presentado ninguna denuncia en comisaría.
Lo que sí se encontró, a finales del mes de diciembre, fue una carta de despedida que habría escrito la propia niña. Estaba en el insituto donde ha pasado sus últimos meses. Hallada por una limpiadora, fue entregada al director del centro, que, a su vez, se la hizo llegar a la familia.
El Grupo de Menores de la Polícia ha asumido la investigación del caso, para lo que tomará declaración en el entorno familiar y escolar de la menor. Este jueves, tras conocerse los hechos, se ha puesto en marcha el Plan de duelo que la Consejería de Educación de la Región de Murcia tiene para este tipo de situaciones con el objeto de informar a los compañeros de la fallecida de lo sucedido.