Han sido también hallados objetos domésticos y animales.
Una investigación con participación de la Universidad Complutense ha hallado los restos de los primeros humanos del Neolítico que habitaron en la península ibérica.
"Los primeros ganaderos y agricultores llegaron hace 7.400 años a la península ibérica, según las dataciones de huesos humanos encontrados en el yacimiento de Cova Bonica (Barcelona)", explica la UCM en un comunicado.
“La singularidad de este yacimiento es que han sido encontrados restos humanos con sus objetos domésticos y esto nos permite relacionar la cultura material con las prácticas ganaderas de esta población”, afirma Montserrat Sanz, investigadora del departamento de Paleontología de la UCM y del Centro Mixto UCM-ISCIII de Evolución y Comportamiento Humanos.
Los resultados de estos trabajos, que han sido publicados en Journal of Field Archaeology, han permitido documentar 98 huesos humanos que corresponderían a al menos seis individuos de edades comprendidas entre los 3 y los 35 años.
"Las dataciones de ese material óseo apuntan a que esos primeros ganaderos y agricultores llegaron hace más de siete mil años a la península desde Oriente Próximo a través de la ruta del mar Mediterráneo", detalla esta universidad, que matiza que los estudios se han llevado a cabo sobre casi un centenar de huesos del yacimiento, entre los que se encuentran cráneos, dientes, costillas, cinturas pélvicas y huesos de manos y pies.
Junto a los restos humanos aparecieron también de animales (cabras y ovejas en su mayoría), ornamentos, útiles de piedra (sílex y cristal de roca) y fragmentos de cerámica. Estos últimos serían “de los más antiguos documentados en la península ibérica”.
Gracias a este descubrimiento, estos expertos pueden trabajar con más datos sobre cómo funcionaban los ritos de enterramiento. Además, a partir de un estudio previo sobre el ADN del diente de una de esas mujeres, los investigadores han confirmado datos que ya se sabían de otras investigaciones, como que esos primeros ganaderos y agricultores eran “intolerantes a la lactosa, tenían la piel clara, los ojos marrones y el pelo oscuro”, declara Sanz.