El Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha informado de que el comienzo del alto el fuego decretado este domingo ha arrancado con calma.
El alto el fuego fue acordado este viernes por Rusia y Estados Unidos durante la celebración de la cumbre del G20, a la que asistieron Vladimir Putin, presidente ruso, y Donald Trump, presidente estadounidense, quienes escenificaron su primer encuentro tras la victoria del magnate en EEUU.
El fin de las hostilidades afecta a las provincias sirias de Al Quneitra, Deraa y Al Sueida. Inmediatamente antes se registró el lanzamiento de obuses desde el banzo sirio en zonas controladas por los rebeldes. Además, helicópteros del Ejército sirio bombadearon esta madrugada varias zonas de la ciudad meridional de Deraa.
Estados Unidos mantiene que Bachar al Asad no puede seguir en el poder si se quiere poner fin a la guerra civil.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, por su parte, ha pedido que el alto el fuego no beneficie a los aliados de Irán y ha advertido de que "no debe permitir la consolidación de una presencia militar de Irán y sus aliados en Siria, en general, y en el sur, en particular".
El mandatario advirtió de que Israel mantiene "firmemente las líneas rojas" que pasan por "prevenir el fortalecimiento de (la milicia chií) Hezbolá en Siria con énfasis en la adquisición de armas de precisión".