Es lo que hace la Iglesia española cada año cuando presenta el estudio anual de evaluación del impacto socioeconómico . Así, el pasado jueves, Fernando Jiménez Barriocanal, Vicesecretario General para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Española, presentó el informe acompañado por Alberto Castillo, socio de EY, empresa responsable del estudio, correspondiente a 2016 y actualizado en diciembre del pasado año, y que evalúa el impacto de la presencia de la Iglesia diocesana en la actividad social y económica del entorno en que realiza su actividad.
Hay cifras muy destacadas como la derivada de las actividades de las diócesis, parroquias y Cáritas, lo que suponen nada más y nada menos que 1.386 millones de euros, o lo que es lo mismo cinco veces más en relación a lo aportado por la asignación tributaria, o que el 80 por ciento de la contribución económica de la Iglesia Católica repercute principalmente en los sectores de “Actividades sanitarias y servicios sociales”, “Educación” y “Conservación y mantenimiento del patrimonio”.
También hemos sabido que el valor generado por la Iglesia Católica en la actividad asistencial representa dos veces y media los fondos recibidos mediante la Asignación Tributaria anual y que el trabajo derivado de la actividad de las diócesis y parroquias supuso en 2016 un total de 64.925 empleos y que por la a contribución económica directa de las universidades católicas fue de 1.168 millones de euros y que por cada empleado directo de la Iglesia católica, se generaron 0,27 puestos de trabajo adicionales en la economía española, especialmente en los sectores de salud, educación, servicios profesionales y reparación de inmobiliario.
Este estudio analiza únicamente el impacto generado por las 69 diócesis y 23.000 parroquias españolas, que dan empleo a 64.925 personas, entre ellos, 17.000 sacerdotes. En el año 2016, las diócesis recibieron un total de 933,5 millones de euros, de los que el 56 por ciento procedían de donativos de los fieles. La asignación tributaria supuso el 24 por ciento, unos 223 millones, mientras que los ingresos por el patrimonio y otras actividades fueron el 12 por ciento,113 millones.
Según el estudio, el valor generado por la Iglesia en la actividad asistencial, representó dos veces y media los fondos recibidos a través del IRPF.
Transparencia total y que sirve de ejemplo a otros muchos.