La brutal muerte de George Floyd a manos de un policía en Estados Unidos ha conmocionado el mundo. Las imágenes muestran la frialdad asesina del agente que le asfixia hasta que fallece. Trump, aunque lo ha condenado, es en buena parte el artífice de que el racismo se haya incrementado y extendido por todo Estados Unidos por sus políticas migratorias y sus discursos del odio. El presidente norteamericano, además, ha amenazado con sacar al Ejército a la calle para disolver las masivas manifestaciones de protesta, algunas violentas.
La unanimidad de la sociedad norteamericana en contra del racismo puede ser el preludio de la derrota electoral de Donald Trump. Según las encuestas, casi el 80 por ciento, sin distinción entre republicanos y demócratas, condena el asesinato de Floyd y la actitud del presidente insultando y amenazando a los manifestantes.
En España solo se ha celebrado una concentración en Madrid con la asistencia de unos pocos cientos de personas. El Gobierno ni siquiera se ha pronunciado, quizás por temor a deteriorar las relaciones diplomáticas con Estados Unidos. Sin embargo, los partidos más racistas de nuestro país, como ERC y Bildu, tuvieron la desfachatez de condenar el asesinato de Floyd y solidarizarse con los manifestantes de todo el mundo en el último debate en el Congreso. El partido republicano catalán, como ha declarado reiteradamente, desprecia al resto de los españoles. Y Otegui y sus secuaces viven del odio de algunos vascos a España. Pero los portavoces de ERCy Bildu, con todo el cinismo del mundo, pronunciaron en el Congreso unas palabras de afecto y solidaridad con los manifestantes antirracistas de todo el mundo. Y luego apoyaron a Pedro Sánchez para que aprobara su sexto estado de alarma.