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EN LA FRONTERA

No al cierre de los centros de educación especial

sábado 27 de junio de 2020, 19:52h

No se pueden cerrar los centros de educación especial. Este gobierno está demostrando una sensibilidad “cero” en este delicado tema que afecta a decenas de miles de familias de nuestro país. La ministra Celaá ha anunciado el proyecto de Ley de Educación, una más, que contempla el cierre en diez años de estos centros tan necesarios para unos niños y jóvenes que no pueden ni deben ser atendidos con una pretendida educación integrada, pues no beneficia ni a unos ni a otros, al crear dentro de esa “deseada integración” por algunos, parcelas difícilmente superables para los niños sin problemas, para los que, desgraciadamente los tienen y para el profesorado que no tiene la preparación adecuada.

Si uno visita uno de los actuales centros de educación especial, por ejemplo el Colegio Abantos de Las Rozas de Madrid, encuentra esa dedicación a tiemplo completo a unos profesionales que se han preparado específicamente para ese trabajo tan delicado, pues atienden a niños y niñas con toda clase de síndromes. Es muy duro ver, pero a la vez reconfortante, como, por ejemplo, la parálisis cerebral o lo síndromes de West o de Syngap1, conviven en el centro con unos niños afectados por esas terribles enfermedades que no pueden ser tratadas en un centro normal, aunque tenga clases de integración. Los niños son atendidos, repetimos, por profesionales preparados para ese difícil y duro trabajo diario y es maravilloso ver como esos niños y jóvenes devuelven con su cariño los cuidados especiales.

Hace nos días, en esta semana que termina, la Vicepresidenta primera del gobierno, Carmen Calvo, se ha reunido en su despacho de la Moncloa con el Presidente de la Conferencia Episcopal, el arzobispo de Barcelona, Cardenal Omella. Ha sido la primera entrevista tras las la elección de este último como máximo responsable de las Iglesia particular española. Un encuentro, han dicho, fructífero, donde se han abordado los temas siempre pendientes de las relaciones entre el gobierno de turno y la Iglesia española. Ahora, suponemos, el proyecto de nueva ley de Educación, ha estado en la mesa, y no estaría de más que el cardenal Omella y sobre todo el Secretario General de la CEE, Luís Argüello, que seguro llevará el peso de las negociaciones, abriera una carpeta con este delicado tema de la educación especial.

Pido en nombre de todos aquellos que tienen hijos con enfermedades especiales que se tome este delicado tema se tome en serio y que no abandonemos a estos niños y jóvenes, que antaño eran escondidos en sus casas ante la vergüenza familiar.

La señora Celaá debería visitar alguno de estos centros para conocer de primera mano la necesidad de su existencia y no dejarse arrastrar por los deseos podemitas de su cierre.

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