El galés habría deslizado que estaba apto para jugar habiendo solicitado pruebas médicas.
A mediados de septiembre de 2020, el día 19, Real Madrid y Tottenham respiraron aliviados. Gareth Bale abandonaba su estadía de difícil justificación en Chamartín para volver al club que le lanzó al estrellado. Regresaba a la disciplina de la entidad londinense, ahora dirigida por Jose Mourinho, con el pedigrí de futbolista resolutivo en la ofensiva, la línea más inconsistente en un equipo que, además, juega al contragolpe y con espacios. En resumen, la nueva alianza parecía resultar estupenda para todas las partes.
Sin embargo, pasados unos meses se ha constatado que los análisis menos optimistas no andaban lejos de la realidad. Porque el extremo de Cardiff no ha conseguido superar la irrelevancia que arrastraba en el Santiago Bernabéu. Con los 'Spurs' ha competido en 15 partidos (seis en la Premier League, sólo dos titularidades), para anotar cuatro dianas y no repartir asistencia alguna. En la rotación está por detrás de Harry Kane, Steven Bergwijn, Heung-Min Son, Lucas Moura e, incluso, del brasileño Carlos Vinícius.
El motivo que se ha difundido en los medios oficiales es el siguiente: ha padecido mala suerte con las lesiones. En la prensa británica se ha hablado también de un rendimiento sorprendentemente bajo que le ha alejado de los grandes eventos, esos para los que le adquirieron de vuelta. Todo este revoltijo suena familiar a los trabajadores de Valdebebas. Pero no a Mourinho, un entrenador que poco a poco se ha ido cansando de la situación. Y que ha tenido que torear preguntas en la sala de prensa sobre las ausencias del galés (en otros ocho encuentros ligueros ha permanecido en el banquillo los 90 minutos).
No sabía el técnico portugués lo que se ha destapado sobre Bale en su intervalo de rebeldía como jugador merengue. De Concha Espina se ha deslizado, repetidamente, que el futbolista fingía lesiones para no disputar partidos que le resultaban poco motivadores. Aunque los doctores recalcaran que los exámenes médicos no indicaban dolencias, el zurdo mantenía que sufría molestias y, finalmente, no era convocado. Zinedine Zidane, según se ha sabido, tapó el asunto como pudo y el club modificó su política sobre la emisión de partes médicos.
Pues bien, todo apunta a que este particular modus operandi lo está llevando a cabo el galés también en la que dijo es su casa. Y Mourinho no es Zidane. El relato del episodio que terminado por colmar la escueta paciencia del preparador está relacionado con el envite el que Tottenham desarrolló ante el Everton, relativo a la FA Cup. En esa batalla del pasado miércoles, que acabó en una bacanal goleadora (5-4 venció el bloque dirigido por Carlo Ancelotti), Gareth no fue convocado a pesar de encontrarse bien según los doctores.
El extremo alegó que se sentía mal, que no estaba listo físicamente para jugar, con lo que se le sacó de la convocatoria. Pero el propio jugador publicó en su cuenta de Instagram, el martes, en la previa del partido, un post en el que afirmaba "Buena sesión hoy", adjuntando una foto del entrenamiento realizado. En entonces, ¿qué ha ocurrido? ¿No le convocó 'Mou' por decisión técnica? ¿Publicó Bale ese mensaje para echar a los aficionados encima del entrenador?
La respuesta la ha ofrecido el entrenador en sala de prensa. Explicó ante los micrófonos, visiblemente molesto con el asunto, que Bale el lunes pidió que le realizaran un escáner y aseguró tras el entreno del martes que no estaba cómodo para jugar el miércoles. Y esa es la razón por la que no fue convocado. Esto es, lo que presumiblemente Zidane regateaba sobre el comportamiento del atleta de Cardiff, Mourinho lo destapa.
Expuso su análisis de este brete en Merseyside, en la cancha del Everton. "(Bale) No entrenó el lunes. El martes entrenó con el equipo, pero se me informó de que su deseo era trabajar con los médicos durante un par de días para fortalecer la zona donde no se sentía cómodo. Esa es la razón por la que no está aquí. No creo que sea una lesión obvia. Diría que se siente incómodo y por eso no pudo estar al cien por cien en el entrenamiento. Quiero ser muy claro con la situación y por eso me estoy mostrando completamente honesto y abierto al respecto", manifestó, denotando hartazgo.
Este viernes no ha aguantado más cuando le han puesto el tema sobre la mesa. "Tenemos un entrenamiento previsto para la tarde para ver si (Bale) se siente listo o no", avanzó, mordiéndose la lengua. Y en la segunda cuestión similar estalló. Conocido por poner en el foco público los problemas y las actitudes fronterizas de sus jugadores, con este jugador no iba a ser diferente. Aunque cobre 15 millones de euros al año y haya sido repescado como la gran esperanza para reflotar el proyecto. A estas alturas esas categorías se han difuminado del todo.
"Bueno, espero que esta conferencia de prensa sea sobre el partido (ante el Manchester City, este sábado) y no sobre individualidades, pero debo admitir que esa publicación (en Instagram) crea la necesidad de ser tratada porque hay una contradicción entre el post y la realidad. Desde que empezó la temporada he tratado de mantener este asunto en privado y que se mantenga todo de puertas para dentro, pero siento que tengo que el asunto debe ser tratado", sembró.
Y remató así: "Seguramente, la publicación no sea su responsabilidad, no lo sé, pero mostraba que había entrenado bien y que estaba excelente de forma, cuando eso es totalmente equivocado. Cuando me preguntáis tengo que decir la verdad de las cosas. Lo digo por última vez y espero que no haya más preguntas sobre esto porque la situación es exactamente de la manera que dije. (Bale) no se sentía bien, pidió un escáner, le hicieron un escáner; el escáner no mostró ninguna lesión pero él seguía sintiéndose mal; los entrenadores, médicos y científicos deportivos nunca podemos ir en contra de las sensaciones del jugador, porque las sensaciones del jugador con mucho más importantes que todos nosotros. Así que no estaba listo para el partido. Tan simple como eso. Si está listo para mañana será elegido para mañana". En verano, en principio, volverá a Madrid, lugar en el que le queda un año de contrato.