Nuestro gobierno mutilador
miércoles 11 de marzo de 2009, 23:37h
Mutilar: 1. Privar de un miembro o un órgano a un ser vivo. (V.: Amputar, cercenar, encentar.—Cuto, lisiado, mutilado, tuco; Cojo, manco, trunco; Estema; Inválido.) (del Diccionario María Moliner)
El gobierno actual de España tiene planeado mutilar a ciudadanos españoles, y financiará las mutilaciones con dinero del contribuyente.
Si una persona en estado psicótico llega al médico y le asegura que su brazo derecho está poseído por el demonio, y por ello es necesario amputarlo cuanto antes, pues es el brazo del mal y se siente muy infeliz, ¿qué hace el médico? ¿Amputa el brazo? ¿O protege la integridad física de la persona y se niega a amputar, y en vez, recomienda tratamiento psiquiátrico y medicación? Para la persona en estado psicótico es completamente real y verdadero que su brazo está poseído por el demonio, subjetivamente para esa persona, es una verdad indiscutible.
Oí en Radio 3 de RNE unas cuñas sobre transexuales, en las que se insistía en que todos debemos comprenderlos, y financiar las operaciones quirúrgicas y los tratamientos médicos que necesitan para cambiar de sexo, además de proporcionarles el tratamiento psiquiátrico pre- y post-operatorio. La voz y las palabras del locutor eran sugerentes, y la intención de ganarse la empatía y la compasión del oyente era obvia. El mensaje subliminal que lanzaba la cuña era claro también: es normal y correcto amputar el miembro genital a un hombre que se siente mujer; es normal mutilar el cuerpo de alguien que no se siente identificado con el sexo con el que nació. La mayoría del público de Radio 3 es joven. Si esos mensajes se repiten suficientes veces, y se apoyan con una campaña televisiva y gráfica en revistas o en la calle (recuerden lo caras que son las campañas publicitarias, y el dinero que usa el gobierno es del contribuyente), el concepto que tienen los jóvenes acerca de cierto tipo de mutilaciones cambiará: el joven considerará normales y deseables esas mutilaciones específicas.
Es de una hipocresía e irracionalidad aterradoras que un gobierno condene unas mutilaciones al mismo tiempo que financia otras. Amputar un pene es una aberración ahí donde lo es amputar un brazo, una pierna, un ojo o un clítoris sanos. El bisturí no es la solución para el malestar psíquico de un ser humano que sufre de un grave trastorno de identidad sexual, sino el tratamiento psicoterapéutico.
El gobierno actual de España está perdiendo el sentido de la realidad y la sanidad mental, y está gastando dinero del contribuyente en seducir a la ciudadanía a su delirio.