www.elimparcial.es
ic_facebookic_twitteric_google

"No me creo ná"

Javier Cámara
x
javiercamaraelimparciales/12/12/24
jueves 16 de abril de 2009, 15:25h
¡Qué cariño, qué besos, qué arrumacos… sólo faltaban los violines de fondo con la dulce melodía de Love Story! La tórrida escena de amor entre la presidenta de la Comunidad de Madrid y el nuevo ministro de Fomento no dejó indiferente a nadie. Todo el mundo habló de nueva etapa, de mejoras en las relaciones, de otro talante, de otra predisposición, de mil acuerdos y de mucha esperanza.

Lo siento, a mí me produjo un profundo reconcomio.

No me fío. Llámenme mal pensado si quieren, pero como diría la sustituida Magdalena Álvarez, "no me creo ná". Recelo de un político que aprovechaba cualquier discurso, declaración, entrevista o comunicado para criticar "ad infinitum" a las comunidades de Madrid y Valencia –antes que al propio PP– y que ahora es el mejor amigo de Esperanza Aguirre.

Y digo yo: ¿Ustedes se creen un cambio tan radical en el otrora látigo fustigador de todo lo que oliera a Comunidad de Madrid? ¿Qué motivos –ocultos, seguro– tiene ahora un ministro de Fomento para decir que sí a todo lo que durante cinco años una ministra de lo mismo decía que no?

Desde luego es un cambio. De "el único sitio de la estación de Metro de la T-4 donde podría haber estado Aguirre durante su inauguración era o tumbada en la vía o colgada en la catenaria" de Maleni a “bienvenida a esta casa” de Blanco hay una diferencia muy notable. Atrás quedan las declaraciones del nuevo titular de Fomento cuando deseó que la delegación de Madrid en Bombay "hubiera regresado de otra manera" a como lo hicieron, "sanos y salvos", tras un tiroteo.

Pero me tienen que seguir perdonando –arderé en los infiernos por desconfiado– porque tanta amabilidad me huele a estrategia electoral y, de paso, a lo que José Blanco puede interpretar como un "pellizquito" a Mariano Rajoy. Suscribo palabra por palabra lo citado por Alejandra Ruiz-Hermosilla cuando dice que todo forma parte de la fórmula del Gobierno para debilitar al PP.

Y vuelvo a decir: ¿Qué credibilidad tiene ahora un ministro que por su boca no salía más que odio al PP, por mucho que diga que era su papel asignado en el PSOE? ¿A quién creemos, a su madre que dice que "Pepiño" era el mejor de la familia, o a sus vecinas, que decían que era "malísimo"? ¿Hasta cuándo creen ustedes que va a durar esta inesperada relación de amor?

Recuerden que del amor al odio no va nada y que en política esta circunstancia es más evidente que en cualquier otro terreno. Estos amoríos me producen tanta desconfianza como la decisión de Zapatero de reducir los minutos de publicidad en RTVE.

Ojalá nada estropee esta bonita historia de amor. La presidenta acabó con un "Espero que no me defraude". Yo espero que Blanco no nos engañe –los madrileños le importan muy poco–, porque tengo claro que su principal objetivo ha sido siempre –es y será– ganar las elecciones por encima de soluciones para las infraestructuras y la crisis.

Javier Cámara

Periodista

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (3)    No(0)

+
0 comentarios