nominada a mejor actriz revelación por [i]vivir es fácil con los ojos cerrados[/i]
Fue en San Sebastián. Allí se vio por primera vez en pantalla grande el que ya muchos calificaron como el nuevo y prometedor rostro del cine español. La actriz malagueña Natalia de Molina derrocha talento y naturalidad en Vivir es fácil con los ojos cerrados, el último trabajo del cineasta David Trueba, para el que apostó por una desconocida intérprete que metió la pata hasta el fondo en el casting al quitarse su natural acento andaluz. No sabía que Belén, la joven soltera y embaraza en la España franquista que decide coger las riendas de su vida en la película, era andaluza y De Molina se plantó ante el director madrileño con el castellano más neutro que podía salir de su boca. Sin embargo, según reconoce la actriz en su charla con este periódico, Trueba vio algo en ella y la llamo para una segunda audición. Ahora, y tras haberse llevado ya a casa un Feroz y un CEC, Natalia de Molina puede alzarse con el Goya a la mejor actriz revelación, algo que, confiesa, sería su forma “de decirle a David que no se equivocó”.