Los jueces españoles, salvadores del mundo
Javier Cámara
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javiercamaraelimparciales/12/12/24
jueves 07 de mayo de 2009, 15:32h
¿Cómo era eso de ver la paja en ojo ajeno? Muy pocos ciudadanos tienen un buen concepto de la Justicia española, los sumarios se acumulan formando montañas interminables, los juzgados no dan abasto, los sistemas informáticos –desfasados en el mejor de los casos– sí que son delito, pero aquí en España, lo que preocupa a nuestros jueces de la Audiencia Nacional es solucionar los problemas del mundo.
Después de tocar judicialmente a los responsables de las dictaduras en Chile y Argentina seguimos pensando que somos los salvadores del mundo, que como no hay Justicia en esos lugares lejanos podemos erigirnos tranquilamente en los legítimos benefactores de la humanidad.
El más claro ha sido el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Dívar, que, sin saber lo que realmente pasaba por su cabeza, ha pedido reformar algunos aspectos de la regulación de la jurisdicción universal ya que, suscribo cien por cien, "no nos podemos convertir en los gendarmes judiciales del mundo" o estar en "conflicto diplomático diario".
Y es que no es poca cosa que el juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, haya admitido a trámite una querella contra tres ministros y cinco altos cargos del gobierno chino por delitos de lesa humanidad contra la población tibetana, que otro juez, también de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, siga instruyendo una querella contra Israel por un ataque en Gaza en 2002 y que el juez Ismael Moreno, como no, de la Audiencia Nacional, instruya una querella contra cuatro miembros de las SS que ahora residen en Estados Unidos.
Pero lo de Guantánamo ya es de traca. Aquí hay tortas por ponerse la medallita. El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco ha pedido a Estados Unidos que le informe sobre si ha realizado alguna investigación judicial en relación a la cárcel de Guantánamo antes de decidir si admite o no a trámite la querella contra seis responsables de la creación de este centro. Al margen, Baltasar Garzón –¿lo conocen?– abrió también una causa para investigar a los posibles autores, inductores y cómplices de los delitos de torturas cometidos en Guantánamo durante la Administración de Bush.
Así hasta 14 sumarios abiertos para casos de fuera de nuestras fronteras que sabemos no van a llegar a buen puerto –más bien enturbia las relaciones con esos países– y que están suponiendo un gasto ingente de recursos. ¡Cómo si aquí estuviéramos sobrados!
Y digo yo: ¿En qué están pensando nuestros jueces? ¿Se creen mejores que los demás? ¿Es que nuestra Justicia funciona tan bien que podemos permitirnos el lujo de gastar dinero, tiempo y recursos humanos en casos de fuera de España?
Y me vuelvo a preguntar: ¿Se imaginan que un juez chino, ecuatoriano, marroquí o rumano decidiera reabrir el caso del 11-M porque aquí no se han puesto los medios para saber quién lo hizo? ¿Cómo sentaría a nuestra judicatura que llamaran a personarse y declarar en, por ejemplo, Polonia a nuestros responsables políticos y policiales para solucionar este caso porque los jueces españoles han sido incapaces de averiguar el autor intelectual de la masacre?
El ministro de Justicia se sale por la tangente alegando que nuestros jueces cumplen la ley, que fue aprobada por los representantes en la Constitución… Señor Caamaño, ustedes están para hacer Justicia en España, no en el extranjero. Eso es lo que quieren los españoles, que se llevan las manos a la cabeza cuando se enteran de que el violador asesino de una niña de 11 años estaba en la calle porque un juez no sabía que ya tenía una orden de detención.
A la espera de que el Tribunal Internacional de La Haya diga algo al respecto, sí pediría menos engreimiento, menos "estrellitas" y menos prepotencia que les lleva a pensar que son mejores que nadie y más trabajar para los que les pagan, que somos todos nosotros.
Periodista
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