Arrestada por provocar hambruna e inanición a su hijo de 3 años

Una mujer fue arrestada en Israel por provocar hambruna e inanición a su hijo de 3 años. El menor, que llegó a pesar siete kilos y se ve "como un prisionero de los campos de concentración nazis", se encuentra ingresado en un hospital de Jerusalén en situación grave. El niño, que tiene problemas de desarrollo, fue llevado muchas veces al hospital en los últimos años por desnutrición, sin que los médicos pudieran encontrar las causas orgánicas de su estado.

Un pediatra alertó hace nueve meses de que la madre, que no ha cooperado con los investigadores del caso, podría sufrir el síndrome de Munchhausen, que hace que quienes lo padecen causen enfermedades en otras personas para llamar la atención del personal médico y despertar simpatía. La detención de la mujer se produjo después de que el hospital instalara cámaras en la habitación del centro médico durante la última visita del niño.

Para horror de los médicos, a los que suele ser muy difícil detectar este síndrome, pudieron ver que la propia mujer desconectaba a su hijo de la sonda de alimentación o introducía sustancias desconocidas en el mismo. "Siempre que se acercaba un miembro del equipo volvía a introducirla", dijo un médico de la sección de pediatría del Hospital Hadassah, en Jerusalén, al diario 'Yediot Ajronot'. Cuando una enfermera le preguntó al niño quién le quitaba la sonda, éste respondió: "Mamá".

Ahora hay que investigar si la mujer, que está embarazada de cinco meses, ha podido maltratar también al resto de sus cuatro hijos. Su marido niega las acusaciones y afirma que es "una esposa y madre ejemplar". El vicedirector del Hospital Hadassah, Jair Barenboim, dijo al periódico que el estado de salud del niño va mejorando claramente. "Espero que no tenga secuelas médicas a largo plazo", afirmó. "La cuestión es cuáles serán las secuelas mentales", añadió.

La Policía arrestó a 15 individuos por los violentos disturbios que se produjeron tras la detención de la mujer, en los que los participantes quemaron contenedores y arrojaron piedras a vehículos y fuerzas del orden. Un agente resultó herido por una piedra y varios autobuses y coches resultaron dañados. Tras los altercados, el alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, ordenó la suspensión del transporte público en dirección a los barrios ortodoxos de Mea Shearim o Gueula, a fin de evitar que "empleados municipales se vieran amenazados". Las airadas reacciones de miembros de esta comunidad fundamentalista judía por la detención de la mujer se sumaron a las habituales protestas por la apertura de un aparcamiento en la ciudad durante la jornada de descanso sabática.